Juegos de Poder
En cuanto comienza la serie, de inmediato uno se da cuenta que estamos por ver algo nuevo, algo diferente, algo impactante.
Adolescencia es una miniserie de Netflix en cuatro episodios. No revelo ningún spóiler al informar que se trata sobre un chavito de 13 años quien es arrestado por el asesinato de una compañera de clase. De esto nos enteramos los primeros minutos del primer episodio. A partir de entonces, la historia se va tejiendo en torno a los problemas que hoy en día enfrentan los adolescentes en el mundo actual incluyendo, desde luego, el papel que juegan las redes sociales.
Todos los adultos fuimos alguna vez adolescentes. Algunos tuvimos o seguimos teniendo hijos que están en esa edad. Sabemos, por tanto, del difícil tránsito de la infancia a la adultez. La adolescencia es ese periodo en que no somos ni lo uno ni lo otro. A veces nos comportamos como niños. A veces como personas maduras. A veces como ni una ni otra.
Como las hormonas a esa edad, las angustias y ansiedades suelen estar al máximo. Tenemos problemas con los padres, con los compañeros de escuela, con los maestros, con la vida en general. No es gratuito que se diga que los adolescentes son insoportables porque efectivamente lo son.
Un día, comentando este asunto, un amigo me dijo algo que me pareció muy atinado. La adolescencia es como el periodo en que los astronautas, cuando van regresando del espacio, pierden todo tipo de comunicación con la Tierra. La interrupción comunicativa de las naves espaciales que reingresan a la atmósfera terrestre se debe a una envoltura de aire ionizado que interfiere con las señales de radio. Duran varios minutos, pero luego la comunicación se reestablece. Pues bien, la adolescencia es ese periodo en que los padres perdemos la comunicación con nuestros hijos. No hay manera de entendernos. La buena noticia es que, con el tiempo, se puede reestablecer la comunicación.
¿Por qué Jamie Miller asesinó a Katie Leonard?
Ésa es la pregunta que trata de responder la serie.
Alerta de spóiler: nunca nos acabamos de enterar.
Y ahí está la magia de este fascinante contenido televisivo.
Aunado, desde luego, a la magnífica decisión de filmar los cuatro episodios en un solo plano secuencia. Cada episodio es como una obra de teatro de una sola escena con una sola toma sin ningún tipo de corte. Esta técnica le añade un dramatismo a cada uno de los capítulos de la historia. Genial, sin duda, lo logrado por el equipo técnico dirigido por Philip Barantini. En YouTube hay un video de cómo lo hicieron que también vale la pena ver.
El genio de la miniserie es el actor Stephen Graham quien, junto con Jack Thorne, crearon y escribieron la historia. Graham, además, interpreta el papel del padre de Jamie Miller, un plomero de clase media que vive en un suburbio de alguna ciudad del Reino Unido con su esposa, hija e hijo. Un día su mundo se derrumba cuando la policía llega a detener a su hijo adolescente en un operativo como si fueran a detener a un capo de la mafia.
La revelación de la miniserie es Owen Cooper quien debuta como actor interpretando al presunto asesino. Su actuación es magistral. Se nota la mano del director para prepararlo. Vemos a un adolescente con todas sus contradicciones. Owen de repente interpreta a un Jamie que es un niño adorable e inteligente. Pero, de pronto, se transforma en un demonio incontrolable.
¿De quién es la culpa de que una persona sea como es?
¿De los padres? ¿De la escuela? ¿De los amigos? ¿De los maestros? ¿De las redes? ¿Del entorno?
¿Por qué Jamie es como es?
¿Es acaso la adolescencia?
La sexualidad, desde luego, desempeña un papel importante en este periodo de la vida. Anna Freud, que analizó más esta etapa del desarrollo humano que su padre Sigmund, decía que el trabajo terapéutico con los adolescentes era comparable con las personas que están en duelo o han sufrido una pérdida amorosa reciente:
“El adolescente está empeñado en una lucha emocional de extremada urgencia e inmediatez. Su libido está a punto de desligarse de los padres para catectizar (concepto utilizado en psicología que se refiere al proceso de asignar energía mental o emocional a una persona, objeto o idea) nuevos objetos. Son inevitables el duelo por los objetos del pasado y los amoríos afortunados o desafortunados”.
Urgencia e inmediatez que se ha visto afectada severamente por la presencia de las redes sociales. Hoy, al parecer, es más difícil ser adolescente que en el pasado. Y eso es decir mucho. Muchísimo…
Adolescencia se puede ver en Netflix. No se la pierda.
X: @leozuckermann