Juegos de Poder
Me parece increíble que el gobierno se queje de una supuesta campaña de la oposición en su contra por el tema de los desaparecidos, en particular después de los macabros hallazgos en el Rancho Izaguirre en el municipio jalisciense de Teuchitlán.
Vamos a suponer que esta información es cierta: que efectivamente existe dicha campaña.
¿Y qué?
¿No está la oposición para criticar al gobierno por sus errores y fracasos?
¿Acaso el rancho en cuestión no es un reflejo nítido de la estrategia fallida de la Cuarta Transformación en materia de combate al crimen organizado y el pertinaz rechazo de la administración pasada de resolver el problema de los desaparecidos?
Tan sólo hay que recordar lo que hizo López Obrador como opositor con el caso de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos en Iguala durante el sexenio de Peña. Cómo utilizó este tema para criticar el fracaso de un gobierno que no supo resolver el caso que, por cierto, sigue irresuelto.
¿Qué tipo de oposición quiere el oficialismo?
¿Una que se quede callada frente a horrores como los de Teuchitlán?
Pero, además, y más importante aún, ¿de qué oposición está hablando el gobierno?
Hace unos días presenté los resultados de la última encuesta de Buendía&Márquez, que demuestra las miserias en que se encuentra la oposición. Prácticamente no existe para el electorado. Son partidos marginales que no tienen ninguna capacidad de influir en el régimen político. Carecen de votos en el Legislativo para hacer algo. No tienen líderes vocales, como en su momento fue AMLO desde la oposición, que representen una alternativa política.
Con qué poquito se preocupa el gobierno. Citan a personajes que ya están retirados de la política y que opinan, como es su derecho, en medios de comunicación de nicho que se transmiten por internet.
Se victimizan, siguiendo la costumbre de López Obrador.
Pobrecito el gobierno que tiene que enfrentar a una oposición enana que ni cosquillas le hace.
Este gobierno y el pasado se han encargado de concentrar el poder en el Ejecutivo federal. Han establecido una nueva hegemonía política. Pueden hacer y deshacer a su antojo. Han reformado la Constitución sin ningún problema. Están a punto de quedarse con el único Poder que se atrevió a desafiarlos: el Judicial. Ya desaparecieron los órganos autónomos del Estado. Y todavía se quejan.
A mayor poder, mayor responsabilidad de entregar resultados. El oficialismo lo tiene. Que no use pretextos para sacarse el bulto de encima.
Porque a eso suena su preocupación por una supuesta campaña de la oposición en el caso de los desaparecidos. Un pretexto para victimizarse, desviar la atención y no hacerse responsables de la tarea que les corresponde, es decir, resolver problemas como los desaparecidos.
Ya son muchos los sexenios en que los gobiernos han fracasado en este asunto. Ni Calderón ni Peña ni López Obrador pudieron solucionarlo. Al 11 de marzo de 2025, la Comisión Nacional de Búsqueda reportaba 123 mil 808 personas desaparecidas y no localizadas en México.
Ésas son las verdaderas víctimas de esta tragedia: los desaparecidos y sus familias, que siguen buscándolos sin saber si están vivos o muertos, si existen o no restos que algún día puedan enterrar.
Celebro que la presidenta Sheinbaum haya decidido declarar el tema de los desaparecidos como una prioridad nacional tras el caso Teuchitlán. Ya era hora.
La mandataria está proponiendo varias medidas, que en realidad se habían planteado antes, pero nunca se implementaron a cabalidad, como la base única de información forense.
Otra que han prometido todos los gobiernos desde Calderón es un banco de identificación de ADN, de tal suerte que se puedan empatar los códigos genéticos de los desaparecidos con aquellos restos humanos que se encuentran en fosas clandestinas.
Pasan los años y nada de nada con respecto a esta base de datos de ADN.
¿Por qué el Estado mexicano es incapaz de ejecutarlo?
Este gobierno es estatista. Cree que el Estado puede hacer muchas cosas como administrar una línea aérea, ofrecer servicios hoteleros, refinar petróleo, diseñar un nuevo coche eléctrico y producir vacunas de tipos virales que han dejado de existir. Sin embargo, no ha podido desarrollar una base de datos de ADN de desaparecidos, por un lado, y restos humanos no identificados, por el otro.
En lugar de quejarse por una oposición inexistente e investigar supuestas campañas en redes sociales en su contra, que ejerzan el gran poder que tienen y resuelvan de una vez por todas la gran deuda pendiente que existe en este país con decenas de miles de desaparecidos.
*X: @leozuckermann