Agencias/Sociedad 3.0
El Papa Francisco regresó este domingo al Vaticano tras 38 días hospitalizado en el Policlínico Gemelli de Roma por una grave infección respiratoria que puso su vida en peligro en dos ocasiones. Su alta marca el inicio de una «convalecencia protegida» de al menos dos meses, durante los cuales deberá moderar su intensa actividad y limitar el contacto cercano con fieles y colaboradores.
- Tratamiento continuo: Deberá seguir terapias respiratorias y motoras, usar oxígeno y mantener reposo.
- Restricciones: Evitará encuentros masivos, reuniones prolongadas y contacto físico, especialmente con niños y grupos grandes.
- Riesgo de infección: Los médicos priorizaron su regreso al Vaticano para reducir el peligro de contagios hospitalarios y evitar su desmoralización.
Aunque los médicos insisten en que debe «cambiar muchos hábitos», el carácter cercano de Francisco se hizo evidente hoy mismo: en su trayecto al Vaticano, desvió la comitiva para visitar la basílica de Santa María la Mayor y venerar el icono Salus Populi Romani, una tradición que mantiene tras cada viaje. Las imágenes de su paso por Roma, con cánulas nasales de oxígeno, fueron transmitidas en directo por la RAI.
Cardenales cercanos al pontífice anticipan ajustes en su labor:
- Cardenal Víctor Manuel Fernández (Argentina): Negó rumores de renuncia y adelantó que habrá «sorpresas» en esta etapa.
- Cardenal Anders Arborelius (Suecia): «Será un papa más centrado en la oración, con una vida más tranquila pero cuyas palabras tendrán mayor peso».
- Cardenal Leonardo Sandri (Colegio Cardenalicio): «Seguirá gobernando la Iglesia, aunque reduzca audiencias».
Los médicos del Gemelli elogiaron su disciplina durante la hospitalización. Sin embargo, su compromiso con la cercanía pastoral —sello de su pontificado— choca con las nuevas restricciones. «El riesgo es que intente retomar actividades prematuras», admitió su médico, Luigi Carbone.