Sin tacto
Por Sergio González Levet
En verdad que ha sido un resplandor de la democracia ciudadana ver a Román Moreno moviéndose en la ciudad y entre su pueblo para promover su candidatura como candidato a alcalde por el Movimiento Ciudadano y por Xalapa.
Gracias a la sapiencia política del dirigente estatal Luis Carbonell de la Hoz, Román se convenció de que el partido que fundó Dante Delgado sería la alternativa más viable para sus intenciones de ayudar a la gente y mejorar la ciudad.
Román es el dueño de las vacas pintas, taquerías de buen trato y mejor comida que sientan sus reales con una sucursal en una de las zonas más populares de la capital y con la otra en la región de las colonias exclusivas del sur, agrupadas en la denominación de Las Ánimas, porque todas nacieron de la descomposición urbanizada de la hacienda cafetalera de ese nombre, que desbrozó y plantó hace un siglo don Justo F. Fernández.
Y he ahí el misterio desbrozado del éxito comercial (y posiblemente electoral) de Román: su capacidad para manejarse en cualquier ambiente y con cualquier nivel socioeconómico, porque lo suyo no es ser presumido sino sencillo, no ser amargado sino feliz y no sentirse menos sino igual a todos.
Y como un vecino igual, Román recorre calles y avenidas para hacer lo que mejor le sale a su talante de persona formada en la cultura del esfuerzo diario: platicar con las personas para mostrarles su humanidad genuina y para descubrir en ellas lo que no les ha sido ajeno al hombre, según la famosa frase de Publio Terencio Africano (y va el latinajo: “Homo sum, humani nihil a me alienum puto”, es decir, para los malpensados: “Soy hombre y nada de lo humano me es ajeno”).
Román Moreno, lo saben muchísimos, participó en el primer semestre de 2024 como suplente de diputado de Américo Zúñiga en la mejor campaña de su tipo que ha habido en la Atenas Veracruzana, y que se perdió para la coalición PAN-PRI-PRD por obra y gracia de la alquimia electoral desarrollada a mansalva por el partido oficial. Miles de xalapeños se siguen preguntando en dónde están los 111 mil ciudadanos que dice el OPLE que votaron por la hoy diputada ausente Miriam Ferráez Centeno.
La cosa es que Román, que es hombre de decisiones fuertes y tozudas, ahora se ha echado la tarea de demostrar al pueblo bueno y honesto y- a las autoridades que no lo son tanto- que es posible ganar la elección a partir de una propuesta genuina, razonable y verdadera.
Y montado en el contacto con la gente, que para eso se pinta solo el seguro próximo abanderado del movimiento naranja en Xalapa se fue a caminar las calles, a tocar en las puertas y a platicar en las plazas públicas, en los parques y en los jardines con los habitantes de la sufrida Xalapa, la ciudad más culta de México y al mismo tiempo la que padece altos niveles de marginación en sus 500 colonias populares.
Román Moreno participa con una oposición balcanizada, con candidatos ciudadanos que le quitarán votos y harán más difícil el triunfo contra la aplanadora de los recursos gubernamentales del partido oficial.
Pero si algo le sobra es el recurso del empecinamiento, que lo ha llevado a la victoria en tantas otras cruzadas que parecían imposibles.