Agencias/Sociedad 3.0
El diario estadounidense The New York Times publicó este viernes una investigación en la que revela que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, negoció con el gobierno de Joe Biden la entrega de 29 capos del narcotráfico, entre ellos Rafael Caro Quintero, con conocimiento de que podrían enfrentar la pena de muerte en Estados Unidos.
La información, corroborada por varias fuentes al rotativo, difiere de la versión oficial del Departamento de Justicia de Estados Unidos y contradice la narrativa de que la iniciativa fue del expresidente Donald Trump.
Según el reporte, las negociaciones entre México y Estados Unidos para la extradición de los capos comenzaron durante el gobierno de Sheinbaum y continuaron después de que Joe Biden asumiera la presidencia en octubre de 2024. El acuerdo incluyó la entrega de Rafael Caro Quintero, uno de los narcotraficantes más buscados por las autoridades estadounidenses, y otros 28 jefes del crimen organizado.
El diario destaca que, aunque los acusados extranjeros enviados a Estados Unidos por México rara vez enfrentan la pena de muerte, en este caso existía la posibilidad de que los capos extraditados fueran ejecutados debido a la gravedad de los cargos en su contra.
Hasta el momento, la Presidencia de México ha declinado hacer comentarios sobre el reporte de The New York Times. Sin embargo, el diario asegura que la información fue corroborada por múltiples fuentes cercanas a las negociaciones.
La revelación ha generado controversia en ambos lados de la frontera, ya que pone en duda la postura oficial del gobierno mexicano sobre la pena de muerte y su colaboración con Estados Unidos en materia de seguridad.
Mientras que algunos sectores han elogiado la decisión como un paso firme en la lucha contra el narcotráfico, otros han criticado la posible violación de los derechos humanos y el riesgo de que los extraditados enfrenten la pena capital.
Se espera que el gobierno mexicano emita un comunicado oficial para aclarar su postura sobre las negociaciones y los términos de la extradición de los capos. Mientras tanto, el reporte de The New York Times ha abierto un debate sobre la transparencia y los límites de la cooperación bilateral en materia de seguridad.