De los partidos “grandes” en competencia por las 212 alcaldías de Veracruz, el PRI lo único que tiene para perder es el registro, porque el PAN, y con mayores elementos MORENA, cuentan con el fuelle suficiente para seguir en la competencia política estatal. De la morralla partidista, ya sabemos, el Verde es franquicia ambulatoria, su brújula está orientada a adjuntarse con el partido en el poder para conseguir sobrevivencia y canonjías para su elite dirigente; Movimiento Ciudadano en sus casi tres décadas de existencia ya logró contados gobiernos estatales, algunos de los cuales no precisamente por la fortaleza de su estructura, Jalisco y Nuevo León, por ejemplo, sino por liderazgos locales que aprovecharon sus siglas para competir electoralmente. Por su lado, el PRI intenta resurgir, aunque en la percepción ciudadana haya hecho mella la artillería pesada y obuses lanzados en su contra por AMLO en los seis años de su periodo de gobierno. Peor aún, el PRI es rehén de un grupo de políticos pragmáticos que usan al partido como herramienta de protección personal y de grupo, en torno al usufructo de candidaturas por la vía de la representación proporcional para mantenerse en el tablero político.
En cuanto al PRI veracruzano, es manifiesta la mediocridad de su dirigencia estatal, no habilitada para el reto de la actual coyuntura, incapaz de poner orden entre los pocos actores políticos que aun merodean en sus filas, sin estrategia electoral que permita a sus mejores cuadros en competencia acercarse a la circunstancia de ser competitivos. Se traslucen las traiciones en las filas del PRI, son obvias las jugadas para entorpecer las candidaturas del compañero de partido solo para satisfacer una rivalidad política. Xalapa es un caso significativo, porque el PRI tiene en Silvio Lagos un buen candidato, a quien habrá de reconocer valentía política por aceptar una candidatura huérfana de apoyo institucional, pese a todo, se le nota echado para adelante y sin duda dará la pelea. Ya comienza el periodo de campaña, la suerte estará echada una vez que concluya la promoción propagandista. PRI, PAN, MORENA, Movimiento Ciudadano y el Pt, presentan sus respectivas candidaturas, el 1 de junio la ciudadanía dará su veredicto. Que quienes resulten con mayoría de votos cumplan sus promesas de campaña, tal es la esperanza casi siempre frustrada que suscita toda elección democrática que involucra a una ciudadanía sedienta de mejor clase política.