No hay antecedente de mayor opacidad y corrupción gubernamental que el de la anterior administración estatal veracruzana. Dijeron que habían liquidado TODA LA DEUDA, que dejaban las finanzas sanas y sin carga… y ahora resulta que no es cierto… que pagaron sólo la de ellos (ni eso se cree…). Hoy, en cambio, nos aseguran que la deuda pública sigue siendo enorme, pero que «tendrán ayuda» para ir pagando en abonos chiquitos. La culpa es, dicen, de Duarte y de Yunes Linares.
¿Por qué no nos explican cuántos préstamos ilegales y ocultos contrató Cuitláhuac?, ¿Por qué no informan cuántos despachos privados usaron para las supuestas renegociaciones de la deuda y cuánto les pagaron de honorarios?
El primo hermano del ex gobernador, Eleazar Guerrero, ahora con fuero de diputado, nombró una red de administradores de las dependencias que, de acuerdo con toda la información disponible, no obedecían a sus jefes formales sino al primo oculto y, bajo su tutela, se dedicaron seis años a saquear las quebrantadas finanzas públicas. El señor Cisniega, en SESVER, es uno de los muchos ejemplos documentados de latrocinio mayor. Y hablamos de lo que concluyó de él la Auditoría Superior de la Federación, sólo de los últimos dos ejercicios anuales. Desaparecieron miles de millones. Derrocharon con torpeza, sin planeación, sin otro propósito que los aparentes negocios ilícitos, ambición lujuriosa ad extremis.
Licitaciones ficticias, contratos asignados ilegalmente a empresas irregulares incluso inhabilitadas, decenas si no cientos de empresas fantasma como proveedoras de bienes y servicios inexistentes (lo que tanto criticaban a sus antecesores), aceleradores para los enfermos de cáncer (que nadie sabe cómo ni a quién ni en cuánto se compraron, pero que siguen empacaditos en sus cajas, embodegados, aunque digan que «sólo les faltan unas mangueritas») y por supuesto, las aberraciones en la compra de medicamentos.
Los latrocinios en el sector educativo, la venta de plazas, la inconmensurable fortuna del otro diputado, Zenyazen. Las plazas a nombre de personas fallecidas o inexistentes (aseguran que son varios miles de ellas).
Y la monumental evidencia: el tristemente célebre «Nido del Halcón», inconcluso mausoleo a la ratería, las ocurrencias, los caprichos, las componendas, la impericia, el cinismo y la complicidad. Altamente probable que no lo terminen nunca, y por cierto, ya ni siquiera hay equipo que lo pueda utilizar, se lo llevaron.
Pero no sólo los protegen. Los premian. A pesar de que cientos de pequeños y medianos empresarios veracruzanos han quebrado o están a punto de hacerlo por la «deuda contingente» oculta, a proveedores, que algunas fuentes estiman en muchos, muchos miles de millones de pesos. Y hay muchas más historias truculentas, que la sociedad ha visto, ha sufrido y bien conoce.
Ahora, en cambio, crean un área para perseguir a los «contribuyentes morosos y a los evasores fiscales», para «combatir los delitos de los contribuyentes». Como si el SAT no fuera ya un asfixiante recaudador. Como si no tuvieran ya suficiente, como si la quebrada economía de Veracruz se tratara de pozos petroleros a los que chupar hasta la última gota.
Ven la paja en el ojo ajeno, pero no ven la locomotora de pudrición que ellos representan. Insuficiencia presupuestal o insaciabilidad, a escoger.