Por Inocencio Yáñez Vicencio.
Están en su derecho los adversarios del PRI en tratar no sólo de que alejar al electoral del tricolor sino inclusive de hacer todo cuanto esté a su alcance por desalentar a sus propias bases, magnificando sus problemas y presentando algunos que no lo son, como si lo fueran. Esta tarea no únicamente se encomienda a Morena y sus satélites (PT, Verde y Movimiento Ciudadano), también la replican las plumas que han alquilado y, lo más lamentable, la secundan algunos que queriendo situarse por encima de la contienda, piensan que así se mantienen inmaculados y otros que inocentemente le hacen el juego a los que han puesto en marcha la construcción de un régimen de simulación democrática, con órganos controlados de organizar y calificar elecciones y un partido único con simples comparsas.
Los ataques del PRI se explican en buena medida por ser un partido fundado por los mismos que construyeron el Estado salido de la Revolución mexicana, por lo que se le toma como parte del poder y sufre el rechazo que todo poder genera y más en una sociedad muy segmentada como la nuestra. Para empezar las fuerzas contrarrevolucionarias no van a destacar sus aciertos sino sus errores y esos se le han cargado al PRI, por lo que quienes buscaron mucho tiempo reivindicar su autonomía, lo hicieron siempre promoviendo su rechazo al poder, como se hace en todas partes, pero aquí se hizo rechazando al partido identificado con el poder.
Así como desde hace muchos años advertí que rechazar la política, sin advertir que hay política como concertación para la toma de decisiones con miras al bien general y política como lucha del poder por el poder, era muy peligroso, ya que ese repudio a la política que habían fomentado los partidarios de trasladar la toma de decisiones fundamentales al mercado, abría las puertas de par en par a los enemigos de las instituciones republicanas y democráticas, que les bastaría colocarse fuera de la política, hacer política atacando la política, para capitalizar ese rechazo a la política. En México lo hizo AMLO, en Estados Unidos lo aprovechó Trump…
Hoy me atrevo hacer la misma observación. Yo me nutro de las notas y reflexiones de mis paisanos. Aquí tenemos plumas de la mayor calidad, unos al servicio de la verdad, que soportan el asedio del poder, otros que sin ningún escrúpulo están prestos, por unas croquetas, a aplaudir las ocurrencias de Nahle y a magnificar los errores de la verdadera oposición, pero todos contribuyen a conformar nuestra opinión. Esta observación es en el mismo sentido. Necesitamos parar la destrucción de las instituciones republicanas y democráticas que está haciendo Morena y sus comparsas, pero esa destrucción únicamente la podemos parar votando por los partidos realmente de oposición y en este plano tenemos por la derecha un PAN y por la socialdemocracia a un PRI. Es cierto, ni para la derecha el PAN es el partido ideal, ni para los que comulgamos con la socialdemocracia el PRI es el partido ideal. Pero es lo que tenemos y si verdaderamente buscamos terminar con el saqueo de la nación, la entrega del territorio al crimen organizado, la destrucción del sistema republicano y poner fin a la simulación democrática, tenemos esas dos opciones: la panista y la priísta, para retomar el camino lento pero hacia adelante, no hacía atrás como lo hace Morena y sus cómplices.
Desde dentro he sido un crítico del PRI y desde fuera no tengo por qué no serlo, pero, sería una incongruencia de mi parte que, habiendo reclamado de manera airada la salida de los duartistas y demás corruptos, ahora que Morena se llevó esta escoria, me ponga a llorar. Enhorabuena que se desparasite el PRI. Algunos se van por corruptos y otros por traidores. En la pasada elección para gobernador, le dije a Pepe Yunes: tú eres una persona muy decente, pero hay cuadros que ya están trabajando para la contra. A Fidel, le dije: hay que abrir el partido a los jóvenes. Lo hizo, pero le abrió las puertas a los juniors. Claro que los busca puestos no caben. Porque los conozco me regocijo que salgan del PRI.
Los partidos modernos que fundan Madison y Hamilton, no pueden ser meros proponentes de candidatos. Agregan intereses y articulan demandas, por lo que hacen gobierno pero también marcan derroteros, por eso ya David Hume, los definía desde el plano ideológico. Los partidos deben formar cuadros y proponer los elementos más templados y consecuentes. Morena es un movimiento que llega capitalizado del odio a la política y a los políticos que promovieron las oligarquías desde el púlpito, TV, Radio, prensa, cine, teatro, escuelas privadas… que ahora combaten, sin ni siquiera ver qué fueron ellos quienes engendraron ese demonio vestido de ángel salvador.
Movimiento Ciudadano no forma cuadros, vive de pepenador, se alimenta de residuos y cosechando rémoras. No es casual que el mayor escándalo de reclutamiento y exterminio por parte del crimen organizado se haya localizado en un municipio, en una ciudad y en un Estado gobernado por Movimiento Ciudadano. Hace apenas unos días en la Universidad de Guadalajara, cantera de sus políticos se escenifico un concierto que no sólo le cantaron a los narcos sino que el público ahí congregado, cuando en sus pantallas aparecieron las imágenes de los capos, fueron ovacionados. Por algo Trump, les ha cancelado las visas a los miembros del grupo musical. Hace poco también vimos que los diarios nacionales daban cuenta de varios candidatos y ediles ligados a grupos criminales, habían sido promovidos por MC. SAGALMEX sólo mostró como se relaciona el partido de Dante con la corrupción. No tiene vergüenza el partido de Dante, haciendo campaña contra los Yunes del Estero, estando envuelto en hechos como el de las desapariciones y exterminio. Cada voto por MC es votar por esas políticas.
Cada palabra, debe estar muy bien meditada, para saber si con ella queremos terminar con este gobierno que se ha rendido al crimen y acaba con todos los órganos de vigilancia, para que su saqueo quede en la Impunidad, o búscanos reforzar las cadenas del exterminio y la manipulación. Estamos en libertad de elegir el camino. Lo que yo estoy convencido es que a Morena, tenemos que sacarla por la vía electoral y la alternativa no será la derecha, no será para atrás, porque el pueblo no quiere retroceder, por lo que no nos queda más que votar por un partido que apunte hacia adelante, hacia una propuesta socialdemócrata y esa propuesta la representa el PRI.
El reto más importante en este momento es poner al descubierto el verdadero rostro de Morena y sus satélites, que es un rostro derechista, que le rinde culto al Tratado de Libre Comercio de corte neoliberal de Carlos Salinas, donde cifra todas sus esperanzas para salvarse.
Quienes se han salido del PRI, empezando por AMLO, lo hicieron porque no les dieron una candidatura, no porque estuvieran en desacuerdo con su programa o sus principios, lo que significa que vale la pena luchar por rescatar al PRI, como instrumento de la lucha para volver a tener una sociedad donde la diversidad se encauce en lugar de que, como ahora, se sofoque, que es el fin principal de la verdadera política.