HOY:

La estatua de sal

“No mires atrás, huye” fue la consigna de dos ángeles a Lot y su esposa cuando dejaban Sodoma antes de ser destruida por castigo divino, sin embargo, la esposa de Lot desobedeció la instrucción y en castigo fue convertida en una estatua de sal. Tal dice el Génesis de la Biblia en su narrativa sobre el castigo impuesto a los habitantes de una ciudad pecaminosamente lúdica. La remembranza viene a cuento porque en la...
martes, mayo 13, 2025
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Las hipótesis

1.- No saben 2.- No les interesa 3.- No pueden 4.- Los malandrines presionan para llegar a acuerdos 5.- Algunos preocupados por cosas del pasado 6.- Algunos afectados en sus intereses en el presente 7.- La tropa y sus jefes se pasó al lado obscuro; nomás no obedecen 8.- Los discursos y las ocurrencias no aplican para esta agenda 9.- No pueden 10.- No saben 11.- No les interesa 12.- La suma de todo

Los costos de la inexperiencia

Gobernar nunca ha sido fácil. Se puede comparar con una neurocirugía o el manejo de un reactor nuclear. El más pequeño error puede causar un cataclismo. La mercadotecnia, la frustración social y la falta de mejores opciones han permitido cosas insólitas como los 100 días que le bastaron a Trump para destruir el orden económico vigente. Llegan los populares, los simpáticos, los que tienen dinero para comprar votos, los que controlan los aparatos electorales, los que desaparecen a sus adversarios, pero no los que saben.

Y el asunto se pone peor cuando esos que llegan al poder no sólo desconocen la función de gobernar, sino que están imbuidos de un rencor monstruoso al que sólo superan su ambición incontenida, su estulticia y su incapacidad para entender la responsabilidad que tienen a cuestas. El ejemplo más claro e inmediato es el de Cuitláhuac García Jiménez, que multiplicó la corrupción, la represión y los malos gobiernos que había prometido combatir.

Tristemente no es el único. Hay muchos. Absolutamente empoderados, quizá peores y también impunes.

Mientras, los ciudadanos observamos pasivos la destrucción de la República y también la del terruño… El costo de la inexperiencia… y la ambición sin límites.

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