Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
Uno de los primeros obuses que lanzó Donald Trump al llegar por segunda ocasión a la Casa Blanca, fue insinuar que el gobierno de su país podría intervenir en el nuestro en busca de narcotraficantes a los que calificó de terroristas. Y de inmediato le respondieron; “Qué te pasa güero, nuestra soberanía es sagrada; somos un país de principios. Ay de aquel que ose profanar con su planta nuestro suelo”.
Pero nomás para empezar, envió drones al Triangulo Dorado y buques de guerra que a pesar de que patrullaron en aguas internacionales, lo hicieron muy cerca de las costas mexicanas.
Como no faltó quien dijera que eso era el preámbulo de una invasión, la presidenta Claudia Sheinbaum aclaró que no era invasión sino cooperación, pero fue más allá: “Nosotros no vamos a permitir nunca que se vulnere nuestra soberanía; y si llegara a vulnerarse, hay un pueblo entero para defender a su patria”. Algo así como cuando le decías al gandulón de la escuela: “Mira, ahorita no me puedo pelear contigo porque ando malito de las manos, pero aquí está mi cuate que no se raja”.
En el Congreso, los senadores emitieron un comunicado avalando las palabras de la presidenta. “El Senado de México aprobó la entrada de 155 soldados estadounidenses a territorio mexicano para adiestrar a marinos mexicanos, específicamente a las fuerzas de operaciones especiales de la Secretaría de Marina (SEMAR). Esta autorización fue solicitada por la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum”. Y con esto se calmó el diferendo que duró casi todo el mes de febrero.
Pero…
Este jueves el diario La Jornada publicó como segunda nota de su portada este encabezado: “Participan agentes de Aduanas (de EU) en operativo en México: embajada”. Y uno de sus dos bajantes dice: “La legación estadunidense y el Servicio de Inmigración difundieron imágenes del desmantelamiento de tres narcolaboratorios en Sinaloa”. La nota va acompañada de una foto donde se observa a cuatro soldados presuntamente norteamericanos, armados hasta los dientes y encapuchados.
Ciro Gómez Leyva retomó la información en su programa de radio y armó la rebambaramba porque saltaron estas preguntas: ¿Por qué ninguna autoridad mexicana informó sobre el desmantelamiento? ¿Qué andaba haciendo el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de Estados Unidos desmantelando narcolaboratorios en territorio mexicano? ¿Por qué dio a conocer la información la embajada de los Estados Unidos?
La presidenta Claudia Sheinbaum dijo que la foto de La Jornada era falsa, pero nadie le creyó. La embajada envió una nota informativa a Ciro donde aclara que no hay soldados norteamericanos en territorio mexicano, y el desmantelamiento de los narcolaboratorios lo hicieron agentes mexicanos certificados por el gobierno de aquel país. Pero jamás calificó de falsa la fotografía, con lo que dejó entrampada a la presidenta.
Y colorín colorado con la bronca, aunque quedaron más preguntas que respuestas.
Al final se confirmará lo que ya se sospecha: que el gobierno norteamericano y el de nuestro país han retomado la cooperación que tuvieron por años sobre el tema del narco y que fue interrumpida abruptamente por Andrés Manuel López Obrador.
Todo esto se dio en dos contextos; ayer el gobierno norteamericano dio a conocer que los carteles mexicanos tienen presencia en los 32 estados de la República Mexicana, pero además, operan en la mayoría de los 50 estados de Estados Unidos. Ayer también arribó a nuestro país Ronald Douglas Jonhson, el nuevo embajador norteamericano que el próximo lunes entregará sus cartas credenciales a Claudia Sheinbaum.
Jonhson es un ex boina verde que ha trabajado activamente con la CIA. Pero además, es abiertamente intervencionista.
Quienes de esto saben aseguran que en su primera conferencia con los periodistas mexicanos, aplaudirá los esfuerzos de la presidenta Sheinbaum en su combate al narco. Pero el señor no viene nada más a aplaudir; viene por narcos y narcopolíticos nacionales, muchos de éstos en activo.
Y no sé lector, pero tengo la corazonada de que este será el último fin de semana que varios políticos y politicastros de Veracruz, disfruten de las mieles que les ha brindado la política de abrazos de López Obrador.
Quizá a partir del lunes comiencen a buscar en algún país que no tenga tratado de extradición con el nuestro, el cobijo que más temprano que tarde les hará falta.