“Las cosas van a empeorar antes de mejorar”, advirtió Joe Badin a sus futuros gobernados para referirse al “estrepitoso fracaso” del proceso de vacunación implementado por el gobierno de Trump, e hizo el compromiso de aplicar 100 millones de vacunas durante los primeros cien días de su mandato. Respaldó su anuncio con el de invertir 400 mil millones de dólares para combatir la pandemia en su país, 20 mil de los cuales serán para el programa de vacunación, falta ahora el cumplimiento de esa promisoria oferta. En México, no es posible evadir las obvias diferencias, porque aquí, en vez de un diagnóstico realista, se escucha: “ya domamos la pandemia”, “vamos mejorando”, “ya se ve la luz del otro lado del túnel” etc., pese al desmesurado número de muertos y contagiados que saturan los hospitales, y son elocuente demostración del rotundo y lamentable fracaso de la estrategia adoptada para combatir al Covid-19 en nuestro país. Y respecto del programa de vacunación, con resultados pírricos en sus inicios, pareciera gozamos de una democracia en país bananero pues, en vez de encargarse al Sistema Nacional de Vacunación la campaña inmunizadora, se integran brigadas médicas con seis elementos adicionales, cuya función nada aporta: dos siervos de la nación, dos “voluntarios” y dos “representantes de programas sociales”. Claro, la autoridad aclara, no debe darse sesgo electoral a asunto tan delicado.