Los consejeros del INE votaron 9 a favor, dos en contra, para que ni el presidente de la república ni otros titulares de poder ejecutivo en la república aborden asuntos electorales en actos públicos. Con esto, dicen, se privilegia la defensa de los principios de imparcialidad y neutralidad, establecidos en el artículo 134 de la Constitución General. Respecto de las mañaneras, el INE plantea su suspensión en tiempos electorales, pues constituyen propaganda gubernamental, constitucionalmente prohibida. Por supuesto, el presidente no está de acuerdo y ya adelantó que “acudirá a instancias judiciales” para ventilar el caso. Es típico de la metamorfosis del borracho a cantinero, en el primer caso clama por bebidas no adulteradas, en el segundo las fomenta.