Son difíciles los momentos de MORENA en estos tiempos electorales porque le hace falta la argamasa cohesionadora representada en el “espíritu” que le dio vida: Andrés Manuel López Obrador. Sin ese símbolo esa organización política camina dando tumbos, como lo estamos observando en varias partes del país, muy neurálgicas algunas; ese síndrome se refleja hacia debajo de su estructura y una fehaciente muestra la tenemos a nuestro alcance en la entidad veracruzana en la renuncia de Gonzalo Vicencio a la Secretaría General para incorporarse, según se dice, a las filas del Partido Fuera por México, afín al presidente López Obrador. Esta noticia se acompaña con otra de no menor significación: el registro del senador Ricardo Ahued como pre candidato a la alcaldía Xalapeña, un evento de especial relevancia por las implicaciones adjuntas y las múltiples interrogantes que despierta, que con el correr de los días se irán despejando, pero que demuestra que la política es la ciencia de lo posible. Todo esto se inserta en la severa crisis interna que estremece a MORENA.