De película cómica resultó la persecución de ayer, cuando policías municipales y estatales protagonizaron una escena afortunadamente risible y no trágica, pues nadie resultó lesionado ni herido. Una penosa confusión originó que policías estatales se unieran al seguimiento de camionetas con gente supuestamente armada a su interior, pero los perseguidos estaban haciendo labor de escoltas y solicitaron apoyo al 911 que, al ser informados de la situación, descubrieron la penosa confusión, afortunadamente con solo daños materiales. Por eso estamos como estamos.