Si el “Acuerdo por la Democracia 2021” lo hubiera dado a conocer la señora que vende quesadillas cerca de mi casa o cualquier otra persona tan honesta y decente como ella, hubiera tenido más validez, aceptación y credibilidad, que la que pretendió tener al ser leído por el Secretario de Gobierno Eric Cisneros Burgos.
Bastó echar un vistazo al documento para saber que es un vil fusil de los suscritos en tiempos del PRI y el PAN. Fue un burdo copy page.
Pero eso es lo de menos.
Lo que lo descalifica es que lo haya leído y firmado un individuo como ese señor que es una ofensa para los veracruzanos. Eric es la antítesis de lo que debe ser un político porque jamás ha dialogado o consensuado; jamás ha sido conciliador y mucho menos factor de concordia. Es exactamente lo contrario.
Sin embargo, ahí estuvo firmando el mamotreto e invitando “voluntariamente” a que lo firmen los incautos.
Desde Papantla el dirigente estatal del PRI, Marlon Ramírez, dijo que el Acuerdo habla de prestar colaboración con los organismos encargados del próximo proceso electoral, cuando los partidos integrantes de la Alianza Veracruz Va (PRI, PAN y PRD) han colaborado con ellos desde el inicio, y no a ochenta días de que concluya la jornada electoral.
“Hemos defendido la operatividad y autonomía de esos organismos, incluso contra el mismo gobierno y los diputados de Morena, para mantener su presupuesto y los consejos municipales electorales. Además, hemos combatido los atropellos que buscaron cometer con la reforma electoral del 2020”, expresó.
Como el Acuerdo se copió con desparpajo, Marlon pintó su raya.
“Desconocemos cuál sea el objeto de simular un Acuerdo que debiera ser democrático y de construcción social, mediante una redacción en la que participaran todos los actores políticos y sociales, antes de haber sido agraviados por este gobierno, lo que dificulta, a 82 días de la jornada electoral e inmersos ya en pleno activismo político, tomarle la palabra a quien nos ha ignorado durante dos años”.
A este documento hay que agregar que el gobierno de Cuitláhuac García quiere echar sobre las espaldas de los alcaldes responsabilidades que sinceramente no les corresponden, como la de garantizar la protección de los candidatos.
Uta, ¿de dónde? Pero sobre todo con qué, cuando hay decenas de municipios con diez o doce policías mal pagados, peor armados y con problemas de obesidad o desnutrición.
¿Con qué recursos quiere Cuitláhuac que los alcaldes protejan a los candidatos cuando la obligación CONSTITUCIONAL es de él y de su Secretario de Gobierno?
El Acuerdo por la Democracia no es otra cosa que una vil jalada. De los nueve puntos, al menos cuatro no los está cumpliendo ni el propio gobierno que pide colaborar con los organismos electorales, pero les ha hecho la vida de cuadritos. Pide seguridad para los candidatos y seguridad es lo que menos tendrán.
Pide no ejercer actos que puedan constituir violencia política por razones de género, creencias, edad o raza. Y si de ejercer violencia política se trata, de eso sabe un mundo Eric Cisneros al que le importa un pito el género, la religión, la edad o la raza del violentado.
Pide no hacer uso de programas sociales ni coaccionar el voto, cuando hasta por sabido se calla que el gobierno ha lucrado con la vacuna del Covid y tiene tapizadas casi todas las bardas del estado con leyendas de la 4T.
Hablando con la verdad y de manera literal, el estado se está cayendo, pero nos quieren dorar la píldora con un Acuerdo por la Democracia que es letra muerta. Dios quiera y me equivoque, pero las próximas elecciones amenazan con ser muy violentas. Por lo pronto ya van tres políticos y políticas asesinados en apenas unas semanas.
Quizá lo más preocupante es la desfachatez con la que se conducen quienes gobiernan Veracruz porque piensan que están por encima de cualquier violación a la ley y creen que serán eternos.
Hoy en la madrugada Cuitláhuac García y Eric Cisneros debieron esbozar una sonrisa al enterarse que el perredista Rogelio Franco Castán, purgará en el reclusorio de Tuxpan una pena de ocho meses de prisión preventiva “justificada”, por ultrajes a la autoridad y no por violencia intrafamiliar, como se le acusó inicialmente.
Rudeza innecesaria sin duda alguna, porque habrían bastado dos meses de prisión domiciliaria para dejarlo fuera de la contienda electoral.
Les guste o no les guste, les cuadre o no les cuadre e independientemente del problema judicial que tiene con su ex esposa, Rogelio es un preso político de la 4T y tanto Cuitláhuac como Eric lo saben.
Lo que quizá no sepan porque la niebla del poder les obnubila la vista y el entendimiento, es que en política como en la vida el que la hace la paga. Bueno sería que no echaran en saco roto el consejo del periodista Arturo Reyes Isidoro: “Yo con poder mandaría acondicionar lo mejor que pudiera el reclusorio de Pacho Viejo”.
Y es que el admirado Arturo sabe muy bien que los carniceros de hoy serán invariablemente las reses de mañana.