Como todo presidente mexicano que se respete, López Obrador ya tiene en su haber un Acuerdo o Pacto con las fuerzas políticas del país, este se denomina Acuerdo Nacional por la Democracia y está suscrito por la Jefa de gobierno de la CDMX, la gobernadora de Sonora y demás gobernadores de las entidades federativas. En el fondo es solo un lugar común de cada sexenio gubernamental, diseñado para violarse a las primeras de cambio porque se estima que difícilmente será acatado por cualquiera de los firmantes. Porque ni modo de no acordar “elecciones libres, limpias y respetar la voluntad del pueblo”, cuando por mandato de ley corresponde al INE garantizar y velar porque así sea. Este caso conduce a conjeturar el intento de colocar un árbitro electoral alterno al INE, pues no pasa desapercibido el que este formato de Acuerdos o Pactos, en México empezó a implementarse desde tiempos de Miguel de la Madrid (1982-1988), a partir de entonces cada presidente tiende a armar el suyo.