Agencias/Sociedad 3.0
Después de 11 días en huelga de hambre y dos días sin ingerir agua, el trabajador transitorio de Petróleos Mexicanos (Pemex), Francisco Javier Artiga Salomón, se “crucificó” en un poste de luz frente a la Sección 11 del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana en Nanchital, al sur del estado.
El obrero demanda que se liberen plazas para trabajar, así como la renuncia del líder moral vitalicio de la sección sindical, Ramón Hernández Toledo.
El pasado 25 de marzo, el trabajador se instaló en una casa de campaña a las afueras de la sede sindical para iniciar un ayuno en demanda de que se liberen las plazas que Pemex tiene congeladas desde hace más de un año.
Desde esa fecha no les dan contratos a los transitorios para cubrir vacaciones, ausencias laborales o incapacidades.
Desesperado porque su llamado no ha sido atendido, el trabajador clavó dos tablas al poste de madera frente al auditorio del sindicato, simulando una cruz, y se amarró a las mismas con apoyo de otros obreros transitorios que reclaman lo mismo: tener empleo.