Sociedad 3.0 /Agencias
El presidente de EE.UU., Joe Biden, pretende presionar a sus aliados durante la cumbre del G7 para que denuncien públicamente a China por supuestas prácticas de trabajo forzoso, al tiempo que busca exhortar a los líderes de los países más ricos del mundo a presentar un frente más unificado para competir económicamente contra el gigante asiático, informa AP.
Según funcionarios del Gobierno estadounidense que hablaron en condición de anonimato, Biden quiere que los líderes del G7 condenen con unanimidad las supuestas prácticas de trabajo forzado contra los musulmanes uigures y otras minorías étnicas en China, y que esta denuncia forme parte del comunicado conjunto al final de la cumbre. Sin embargo, algunos de sus aliados europeos se han mostrado reacios a distanciarse drásticamente de Pekín.
Dicho proyecto contempla una inversión multimillonaria en colaboración con el sector privado para competir con la ‘Iniciativa de la franja y la ruta’ china, que consiste en una red global de infraestructura y trayectos marítimos. Los críticos de estas obras que ya se extienden por distintos lugares del mundo, especialmente en Asia y África, consideran que pueden generar grandes deudas y exponen a las naciones a la influencia de Pekín.
Entre los más interesados en el plan se encuentra el Reino Unido, que aspira a que las economías del mundo dependan menos del gigante asiático. El Gobierno británico apuntó que las discusiones de este sábado abordarán «cómo dar forma al sistema global» para beneficiar a sus ciudadanos, incluso mediante la modificación de cadenas de suministro, que en gran medida dependen de China.
Con información de RT Español