Ninguno de los movimientos por cambios y remociones en el equipo de gobierno del presidente López Obrador guarda la significación política y estratégica que la de Gabriel García Hernández a la Coordinación General de Programas para el Desarrollo. Este personaje es uno de los operadores más eficientes del presidente, hasta ahora ha sido pilar fundamental del Movimiento de Regeneración Nacional y hombre de confianza de López Obrador. Le fue creada la oficina de Coordinación de Programas, previamente inexistente por lo cual se reformó la Ley Orgánica de la Administración Pública desde donde ha operado la conducción política electoral a través de los Programas Sociales y de los “Súper” Delegados estatales con un manejo de miles de millones de pesos. García Hernández regresa a su curul en el senado porque, dice, su suplente asumirá alguna función en MORENA. Mario Delgado empieza a escuchar pasos en la azotea, y no es para menos porque la remoción de los escombros del tramo siniestrado de la Línea 12 podría haber dejado al descubierto algunos pecadillos ocultos. Lo que fuere, ese movimiento de García Hernández es como el enroque de Reyna, o de Rey porque también impacta en el senado.