Ultraje a la autoridad, es una denominación que por sí sola insinúa privilegio, y pareciera inspirada en añejos vestigios de anacrónica monarquía, en demérito de un gobierno democrático, porque en aquella se anteponen los privilegios de quienes dicen gobernar y en la democracia, debe suponerse, primero es la voluntad popular. “El Estado tiene el monopolio de la fuerza”, es una de las premisas fundamentales del Estado Moderno, se refiere a la obligación atribuida a la organización política para imponer orden en la sociedad y conservar la armonía social. Convertido este postulado en la base para tipificar un delito resulta un exceso de la autoridad y, como es el caso, contraviene al texto constitucional. Pero causa extrañeza que, habiendo sido incluido en el Código Penal veracruzano por mandato legislativo desde 2003, hasta ahora se repara en su muy dudosa constitucionalidad ¿por qué? Acaso tenga que ver con la forma indiscriminada de su aplicación, un uso y abuso cuya finalidad no es congruente con la de hacer justicia. Dice el gobernador Cuitláhuac García que gracias a este delito se han detenido cientos de delincuentes, de tal manera que al desaparecerlo del espectro legal traerá consigo la liberación de esos malandrines. Es un argumento endeble, por supuesto, porque si en realidad esos detenidos son de elevada peligrosidad, imponerles la penalidad establecida por el referido delito debe ser peccata minuta. Pero, en el fondo, ha llamado la atención la manera indiscriminada para aplicar el delito de ultrajes a la autoridad, pues lo mismo se endosa a “delincuentes peligrosos” que a políticos opositores o a jóvenes incautos, y en este último caso se manifestó, además, la inclinación a reprender con apoyo de la norma. La Suprema Corte confirmó un veredicto ya aplicado en la CDMX y en San Luís Potosí, ahora con su reciente dictamen deja sin efecto la vigencia del delito de ultrajes a la autoridad en todo el territorio nacional. Varias son las consecuencias, como muchas fueron las motivaciones para este desenlace, la política es una de ella, pues ha sido gracias a la intervención del senador Monreal que salieron en libertad seis jóvenes injustamente detenidos; y sin duda la movilización de las distintas barras de abogados para denunciar la inconstitucionalidad de este multicitado delito sienta un valioso precedente. Valiosa experiencia social, nos recuerda aquello que Valencia dijeran al rey Alfonso IV «Cada uno de nos somos tanto como vos, pero todos juntos mucho más que vos…».