Por Edgar Hernández*
Tanto hacerle al cuento acusando corrupción de jueces, ministros de la Suprema Corte, senadores, así como políticos cómplices de mafias del poder que “protegen de delincuentes” como Del Río Virgen.
Tanto pasarse por el arco del triunfo –porque no hay otro lugar por donde se pase la ley- la recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, sobre los abusos a los derechos humanos en nombre de la Ley de Ultrajes a la Autoridad.
Tanto observar sus publicitados amaneramientos de rechazo, sus espectaculares berrinches y alarmas cantinflescas advirtiendo que 40 jefes de plaza de los Careles del crimen organizado quedarían en libertad si se derogaba la ley arriba señalada.
Tanto observar cómo se tiraba al suelo, se desgarraba y manifestaba con tan peculiares moditos, sus corajes y a contravoluntad admitir que acataría el mandato de la Suprema Corte de Justicia, para que en los hechos no sucediera.
Simplemente no cumplió.
Es más, ni siquiera ordenó se publicara la derogación de la dicha ley para proceder a su ejecución en acatamiento de la disposición del Poder Judicial, a sabiendas de que incurría en el incumpliendo un deber legal.
Salvo dos recluidos por ese delito, uno por no permitir la invasión de sus tierras y el otro, un costarricense, por venganza política en contra del pariente de un aliado a Yunes Linares, fueron puestos en libertad pero por haber interpuesto amparos que les permitieron la libertad.
Se habla también de policías señalados, que no acusados, de homicidio que también ultrajaron a la autoridad para finalmente ganar la libertad, pero no por beneficios de la ley derogada, sino porque se movieron en los juzgados.
En prisión siguen los casi mil 200 por Ultrajes.
Y que se sepa Rogelio Franco, ex secretario de gobierno de Yunes, sigue en prisión por desgarrarle una playera al ministerial que lo detuvo.
Asimismo no hay indicios de que el ex alcalde y aspirante a dirigir el PAN, Tito Delfín Cano vaya a ser puesto en libertad. Lo tienen bien refundido por ser amigo de Yunes Linares.
Tampoco se tienen noticias de Fabián Cárdenas, alcalde electo de Lerdo de Tejada, ni de Omar Fuentes Aguirre, también alcalde electo pero de Cazones, vayan a ganar la libertad por la derogación ya que ellos mismos han denunciado que les están imputando otros delitos para retenerlos.
¿Qué pasó con Goyo Gómez, aspirante al alcalde de Tihuatlán, que fue acusado de Ultrajes?.. Pues ahí tras lomita, en una prisión de alta seguridad en Oaxaca por ultrajes.
¿Sigue tras las rejas la perredista ex diputada Federal Azucena Rodríguez, detenida semanas anteriores con lujo de violencia?
Ramón Ortiz Cisneros, líder del CATEM, sigue en prisión por ultrajes luego de que el gobernador denunciara sin prueba alguna, que estaba ligado al crimen organizado. Bastó el dicho de un lerdo en leyes –y muchísimas otras cosas más- para que los gorilas a sus órdenes lo pusieran en chirriona.
En la cárcel también está Yolli García, excomisonada del IVAI, por una cobarde venganza política del secretario de Gobierno, Eric Cisneros a quien esta dama no le obedeció la exigencia de mantener oculta información incriminatoria a funcionarios del gobierno de Cuitláhuac.
Otra mujer porteña que se atrevió a mentarle la madre a un policía, según denuncia pública de Dante Delgado, está en prisión sin derecho a fianza.
Y no por la derogación de este delito, sino por la intervención del líder del Senado, Ricardo Monreal, es que fueron puestos en libertad seis jóvenes acusados de intento de secuestro y Ultrajes, tras presuntamente amenazar a policías con arma blanca luego de un intento de secuestro. Ni el presunto secuestrado, ni los cuchillos fueron encontrados, pero si un video tomado en el lugar de la aprehensión que reveló la verdad.
Y ya no digamos otros casos de abusos de autoridad como el de José Manuel del Río Virgen, en prisión desde el pasado 22 de diciembre por autoría intelectual en un homicidio en donde se probó que nada tuvo que ver y que el mismo Juez de Control, Reyes Contreras, admitió que no había pruebas para imputarlo.
Del Río Virgen deberá ser puesto en libertad este fin de semana, no por ultrajes no cometidos, sino porque es inocente, aunque se teme que la incompetente Fiscal, Verónica Hernández Giadans, le invente otras acusaciones que lo retengan.
De hecho ya advirtió que “tenemos muchísimas pruebas más y apelaremos”.
La del gobernador es solo una venganza contra el senador Monreal quien es su adversario político.
Y el punto es que no se ve clara la agilización de la libertad de los detenidos que se mantienen en medida cautelar de prisión preventiva oficiosa por Ultrajes a la Autoridad, sobre todo luego que la Suprema Corte de Justicia de la Nación ya estableció su inconstitucionalidad.
El punto es que le vale madre a Cuitláhuac cumplir o no la ley.
Con su nueva estrategia de inconformarse de todo y agredir a todos en estricta obediencia a quien lo considera honesto y hasta bendito le basta.
En estos días vendrá a Veracruz el Peje, en busca de la canonización política del Cuícaras… el tiempo, sin embargo, se les acaba a los dos en medio del descredito y repudio ciudadano.
Ya falta menos.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo