Agencias/Sociedad 3.0
Un equipo de paleontólogos presentó el fósil del cráneo de un «monstruo marino» de al menos 12 metros de largo, un depredador que habitó hace 36 millones de años en la costa central de Perú que formaba parte de un antiguo océano.
El cráneo, de unos 1,35 metros con su hocico alargado que preserva casi intacto sus robustos dientes, fue descubierto el año pasado y forma parte de la familia de los «basilosaurios» o cetáceos clave en la evolución de las ballenas, dijo Rodolfo Salas, del museo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Salas, jefe del área de paleontología y vertebrados del museo, afirmó que el fósil fue extraído de rocas del desierto de Ocucaje, ubicado a unos 350 kilómetros al sur de Lima.
«Fue un monstruo marino», manifestó en una conferencia de prensa. «Es el Basilosaurio de Ocucaje y pensamos que podría ser de una nueva especie», refirió el experto antes de mostrar el fósil del cráneo dentro de un cubo de vidrio en el museo.
El experto dijo que el tamaño de este basilosaurio, hallado en su tipo en otras partes del mundo, nos dice que se alimentaba de grandes animales marinos, pero también eran depredadores de animales terrestres de mayor tamaño como pingüinos.
«Este descubrimiento es sumamente importante porque el cráneo está en perfecto estado de conservación. Sus dientes están completos», agregó Salas. «Seguramente cuando buscaba y se alimentaba hacia mucho daño a sus presas», afirmó.
De acuerdo al investigador, los primeros cetáceos evolucionaron a partir de animales terrestres hace 55 millones de años. Luego en el «eoceno tardío» hace 36 millones de años atrás los cetáceos ya se habían adaptado totalmente a la vida marina y merodeaban casi todos los océanos del mundo.
Salas dijo que «en esa época las condiciones de fosilización eran buenas en Ocucaje», una zona desértica que alberga ahora importantes áreas de cultivo de uvas. «Los cuerpos se hundían rápidamente en el fondo marino y eran enterrados y preservados», agregó en referencia cuando Ocucaje estaba cubierto de mar.
El experto dijo que aunque el cuerpo de este basilosaurio era el de un animal acuático, su cráneo se parecía bastante al de sus ancestros terrestres, pues poseía dientes diferenciados como incisivos, caninos, premolares y molares y las fosas nasales se encontraban en la parte anterior del cráneo.
Los dientes de los cetáceos modernos son iguales y sus narinas están en la parte alta del cráneo, detrás de los ojos.
«Hallazgos como este nuevo espécimen nos indican que falta mucho por estudiar. Los paleontólogos esperamos poder usar estos animales y el contexto en el que se encuentran para poder entender las condiciones y cambios ocurridos en el mar peruano a través del tiempo», manifestó Salas.