Serpientes y Escaleras
Salvador García Soto
En los casi tres años de gestión como el primer fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero ha perseguido y procesado a una anciana de más de 90 años y a su hija de 62, que además eran su familia política; ha acusado e intentado meter a la cárcel a 31 científicos destacados de México por un supuesto desvío de recursos nunca probado; intervino para que la Universidad de las Américas de Puebla dejara de ser controlada por la familia Jenkins, con la que tenía un antiguo litigio; ha negociado y favorecido a Emilio Lozoya con un proceso a modo y beneficios de testigo protegido que están a punto de liberarlo de la cárcel, aunque nunca dio información ni pruebas fehacientes de sus acusaciones.
Y aunque en estos tres años nunca ha perseguido o procesado a algún criminal o delincuente peligroso, mucho menos a algún capo de la droga de los que generan violencia en el país, ahora el primer fiscal autónomo, que se suponía iba a transformar, a mejorar y a profesionalizar la procuración de justicia en favor de los ciudadanos, ha decidido acusar e investigar a un periodista, Mario Maldonado, y a una activista ciudadana que investigaron con el nombre de Nina R, por un supuesto delito al haber sido presuntamente parte del espionaje ilegal al fiscal Gertz por ser los primeros en difundir “de manera concertada” una grabación ilegal de sus conversaciones telefónicas.
Ayer el fiscal especializado en Control Regional de la FGR, Germán Castillo, dijo que la dependencia está investigando al periodista Maldonado y a la activista social, y se refirió a ellos con nombres de imputados en un proceso judicial como “Mario N” y “Nina R” y amenazó con que podrían ser acreedores a una pena de 6 a 12 años de prisión por difundir los audios donde se escuchaba hablar a Gertz Manero con el fiscal especializado de control, Juan Ramos, sobre una operación para presionar a los ministros de la Corte a que votarán a su favor en el amparo interpuesto en su contra por su familia política.
Casualmente Nina R, la activista a la que acusa el fiscal de control Regional de la FGR, es la novia de Gonzalo Castillo Cuevas, el hijo de Alejandra Cuevas Morán y nieto de Laura Morán, las dos mujeres a las que Gertz Manero acusó y encarceló por presunta negligencia y descuido en el cuidado de su hermano Federico Gertz Manero. Un caso que la mayoría de los ministros de la Suprema Corte de Justicia calificaron, el pasado 28 de marzo, como ilegal e inconstitucional, con delitos y acusaciones inventadas, y ordenaron la liberación inmediata de Alejandra y de su madre Laura Morán.
La acusación pública que hizo a través de un noticiero radiofónico el fiscal Castillo desató una ola de reacciones en contra de la investigación y acusación en contra del periodista de esta casa editorial Mario Maldonado y de la activista Nina R. Periodistas, defensores de derechos humanos y de la libertad de expresión, además de políticos de la oposición, condenaron que la FGR intente acusar e intimidar a quienes, en un afán de informar y bajo el interés periodístico difundieron el material en cuestión, y lo calificaron como un ataque a la libertad de expresión y un intento de acallar las críticas en contra del trabajo del fiscal Gertz Manero.
El propio Maldonado se dijo sorprendido de que la FGR intentó acusarlo e imputarlo por un presunto delito, cuando lo que él hizo al compartir dicho audio en su red social, nunca obedeció a una consigna o a un intento de dañar al fiscal, sino al interés de informar a sus lectores y seguidores de un hecho grave y relevante para la vida pública del país y en el que se involucraba al encargado de la procuración de justicia a nivel nacional: “Increíble que se me intente acusar por haber publicado en Twitter una liga de YouTube de una conversación entre los fiscales Gertz y Ramos, que difundieron también la mayoría de los medios y que es de interés periodístico. Inaudito para la libertad de expresión y su precedente”, dijo el autor de la columna Historias de NegoCEOs en estas mismas páginas.
El tipo penal en el que se basaría la acusación de la FGR contra el periodista y la activista es que una supuesta “operación concertada” en la que, según el fiscal Castillo, el periodista y la activista habrían sido parte de una acción planeada para dañar la reputación y la imagen del fiscal General de la República. De acuerdo con abogados consultados por esta columna, el Código Penal que establece en su artículo 177 el delito de espionaje, estipula que son responsables de este delito quienes intervengan comunicaciones privadas sin autorización judicial, y la acusación de la FGR partiría de que quien difunde esas grabaciones o intervenciones ilegales con la finalidad de hacer daño a la persona espiada, también incurre en un delito.
Y aquí es donde claramente el fiscal Gertz Manero está torciendo, una vez más la ley, para acusar a un periodista como Maldonado que ha sido crítico contra su gestión, al suponer que al haber difundido los audios ilegales que alguien de manera anónima subió a la plataforma de You Tube tenía una intención de daño o dolo a su persona. “Yo difundí ese material por ser de interés periodístico, porque se habla de manipulaciones y presiones del fiscal General de la República a ministros de la Suprema Corte de Justicia en un caso de amparo que estaba en ese momento bajo análisis de la Corte. Ese es parte de mi trabajo periodístico y nunca recibí consigna de nadie para publicarlo y mucho menos lo hice con intenciones de dañar al fiscal”, aclara Maldonado.
Es claro que, en su venganza por haber sido espiado, cosa que claramente fue un acto ilegal y grave, Alejandro Gertz Manero ha vuelto a retorcer la aplicación de las leyes y, en su teoría conspiracionista en su contra, busca acusar e intimidar a los mensajeros y no a quienes ordenaron, planearon y ejecutaron el espionaje en su contra. En el caso de Mario Maldonado, claramente el fiscal intenta acallar a una de las muchas voces críticas en su contra, y en el de la activista Nina R, pareja del hijo menor de Alejandra Cuevas, es claro que lo mueve, como desde un inicio en este caso, el ánimo de una venganza personal para el que ha manipulado y utilizado, ilegal e inmoralmente al aparato de justicia.
Primero dijo que todo esto era parte de una “extorsión mediática” en su contra, aludiendo a su archienemigo y antiguo amigo, el exconsejero Jurídico de la Presidencia, Julio Scherer; después, ante la Junta de Coordinación Política del Senado, afirmó que iba “a meter a la cárcel a varios” y que llegaría hasta los autores del espionaje que, dijo, fue público y no privado. Y ahora, en su afán de venganza, el fiscal que debería proteger y procurar justicia a los ciudadanos, está persiguiendo y acusando a periodistas y activistas, confirmando por qué muchas voces, cada vez más en el país, creen que Gertz Manero extravió la brújula y se ha convertido en un fiscal peligroso, vengativo y que utiliza su poder no para buscar justicia para los mexicanos, sino para sus asuntos y venganzas personales.
NOTAS INDISCRETAS… Justo ayer que se da a conocer la nueva “cacería” judicial de la FGR, desde Mazatlán, Sinaloa, se difundieron unas imágenes en video que confirman la ignominia y la impunidad con la que está actuando el crimen organizado y el narcotráfico, ante la ausencia de un Estado que lo confronte y persiga. Sicarios armados capturaron y sometieron, en la comunidad de La Noria, a un grupo de soldados del Ejército Mexicano, que fueron acostados boca abajo en el suelo, con las manos en la nuca, mientras los narcos los humillan, golpean y pisotean gritándoles frases denigrantes. “Ora bola de guachitos pedorros hijos de su puta madre”, les repiten los sicarios a los soldados que yacen en el suelo desarmados y humillados. Hasta anoche la Sedena, que anda muy ocupada talando la selva maya y administrando el aeropuerto fantasma de Santa Lucía y las Aduanas Federales, no habían dicho nada sobre estas indignantes imágenes. Y la Fiscalía General de la República, que según la Constitución debiera estar persiguiendo, deteniendo y procesando a los narcos que azotan a los mexicanos y humillan al Ejército, estaba ocupada persiguiendo a periodistas y activistas… Serpiente doble y caída libre, dictaron los dados.