El mapa que dio a conocer la Secretaría de Marina-Armada de México, señalando en su reorganización, los centros de mando que tienen en todo el litoral mexicano, que es larguísimo…
Hace evidente que la presencia de los marinos se ha incrementado recientemente -siempre han sido muy discretos- y el sentir popular es que no son corruptos. Y que en Washington confían más en ellos que en el Ejército Y, de hecho, los marinos, equiparando rangos, están mejor preparados que los soldados. Y es lógico, aparte de los estudios, un marino, para hacer algo, se vale de lo que tiene. Un soldado lo consigue…
Por lo que la presencia de los marinos es una buena noticia. Pero…
¿Podrán con el paquete? El presupuesto que tienen es ridículo para la labor que deben de desempeñar. Combatir el contrabando, incluyendo desde luego a las drogas. Se vislumbra difícil, por no decir que imposible…
Sin dudar un momento el alto concepto que los marinos tienen del honor, cabe mencionar, que nadie, nunca, ha podido erradicarlas. Sin soslayar que estos cuates -los cárteles de las drogas- son capaces de corromper a cualquiera…
Personas, gobiernos, naciones. Todo mundo sabe la empatía confesional que tienen en el Vaticano con los capos, no directamente el Papa, sino el Estado…
Nadie, por muy patriota que sea y muy comprometido que esté, arriesga a un hijo a que lo torturen y lo asesinen en aras de un ideal -excepción hecha de Don Jehová, que no parece haber sido un buen padre-…
Nomás hay que ver donde mandó a su hijo, disque para salvarnos. Y cómo andamos, no parece que nos estemos salvando. Por lo que cabe preguntar si su hijo muy amado no murió en vano. Porque aquí ya no se salvan ni las diputadas del PRI ¡vaya! y eso que tienen fuero…
¿No estarán arriesgando la vida de los marinos? cuando todos sabemos que no van a poder ganarles a los cárteles. Se derramará innecesariamente la sangre; y todo por la necedad, compromiso o lo que sea, de no querer legalizar las drogas…
Parece que fuera muy difícil entender que los EE.UU. no quieren erradicar las drogas, sino controlarlas. Si las lograran arrancar de las calles, millones de personas sufrirían el síndrome de abstinencia. Se volvería una locura inimaginable…
Controlar las drogas es de alguna manera controlar a las personas; y de paso manejar los miles de millones que la gente gasta con tal de evadir su realidad, sea cual sea. La gente que no hace lo que le gusta, principio de la felicidad, entonces se droga. El Poder es una droga, por eso los vuelve locos.
Y por aquí nos encontramos mañana, si el Sol me presta vida.