lunes, noviembre 18, 2024

El Congreso no aprobará la Cuenta Pública 2021; Delia debe de irse

Línea Caliente

Edgar Hernández

Al quedar al descubierto la cloaca que impera en ORFIS en donde el
tráfico de moches alcanza los mil millones de pesos, el Congreso del
estado adelanta que no aprobará la Cuenta Pública 2021 que registra un
daño patrimonial superior a los 3 mil 299 millones de pesos.
El informe de ORFIS, ha resultado ser uno de los más polémicos que se
ha entregado al Congreso local, ya que se da en medio de acusaciones de
presuntos «moches» de parte de asesores para «limpiar» Cuentas
Públicas, y contratación de despachos irregulares.
Pone al mismo tiempo al borde de la renuncia a la auditora general del
organismo Delia González Cobos, quien ante el cúmulo de evidencias en
contra, se defiende señalando que los responsables de la corrupción en
ORFIS son los recomendados de Morena que le fueron impuestos.
El cínico reconocimiento no solo agrava la situación, sino que confirma la
descomposición administrativa en el organismo que encabeza.
Ya incluso su propia defensora en el Congreso, la diputada Citlalli
Hernández Careaga, del Verde, quien dejó un pendiente sin comprobar
de casi 11 millones de pesos cuando fue alcaldesa en el municipio de
Tamiahua y fue perdonada por Delia, le retiró el apoyo.
En igual sentido se han manifestado internamente el Secretario de
Gobierno, Eric Cisneros al igual que su mecenas Eleazar Guerrero,
Subsecretario de Finanzas, quien sacó las manos del fuego.
El propio Presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso
del estado, Juan Javier Gómez Cazarín se ha negado a recibir a Delia
hasta que no se tenga el dictamen final de sus irregularidades de parte de
la Comisión de Vigilancia.

Será el pleno del Congreso el que convoque a su retiro de ORFIS y la
Comisión de Vigilancia la que interponga las denuncias correspondientes
ante la Fiscalía General del estado.
Esta determinación se produce luego de recoger el testimonio documental
de al menos 30 de 34 alcaldes salientes que comprueban que presentaron
en tiempo y forma, sus estados de cuenta ante ORFIS quien para
consumar sus transas decidió archivarlos para en la víspera exigir el
cooperas o cuello.
Las cuotas o moches a alcaldes eran según el sapo la pedrada. Iban de 300
mil a un millón de pesos promedio.
Uno de los casos más grotescos se dio en Jesús Carranza en donde debido
al encarcelamiento del edil Pasiano Rueda y quedar al frente de la
alcaldía su suplente Enrique Cruz Canseco, ORFIS decide entrar al quite.
Envía a sus operadores para recomendar a Cruz la contratación de un
despacho externo que limpiaría las cuentas cobrándole 2.5 millones de
pesos, pero cuando Pasiano retoma la alcaldía meses después, de nuevo se
presenta ORFIS para recomendar otro despacho de auditores con la
misma tarifa de 2.5 millones de pesos.
ORFIS ha manifestado que los 212 ayuntamientos tienen observaciones y
que en 34 entes estatales se presume daño patrimonial.
Por la Fiscalización Superior de la Cuenta Pública se emitieron 3 mil 290
observaciones. 133 observaciones fueron en contra de entes estatales, por
un monto de 189 millones 899 mil 820.84 pesos.
Durante el proceso de Fiscalización fueron practicadas mil 012 auditorías
algunas de ellas bajo sospecha por los moches que exigían los enviados de
ORFIS, lo cual dio lugar al despido del Director Jurídico de ORFIS,
Felipe de Jesús Martín Carreón, destapando la cloaca de corruptos ahí
incrustados entre los que destaca Gerardo de la Fuente Rivera,
Subdirector de Auditorías a Municipios.
De parte del Congreso también hubo limpia.
El diputado moreno Luis Arturo Santiago Martínez, raterazo consumado
y presunto cómplice de Delia, fue relevado quedando como presidente de
la Comisión de Vigilancia, Rafael Gustavo Faranoni Magaña, también
representante de Morena.

Fueron millones de pesos los que se “palomearon” dando lugar a actos de
corrupción y tráfico de moches, así como la tosca maniobra de entregar
las cuentas municipales a despachos contables consentidos -RBA,
Contadores Públicos y Asesores y CARMO -cuyo propietario este último
es Luis Leonel Díaz Figueroa- todos responsables de maquillar las
cuentas.
Las quejas de la verdulera Delia González Cobos, por tanto, dejaron de
resultarle la tabla de salvación ante tanta evidencia de corrupción.
Tiempo al tiempo.

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