He conocido gente necia que supera cualquier fantasía de la porfía inútil, pero lo que pasa en México está como para una terapia de choque. Primero tenemos a personajes espeluznantes como Alititititito Moreno que, ante la posibilidad de su desafuero, no ha sido capaz de exigirle a Vicente Fox que sus apoyos lo desprestigian más que su telenovelera autodefensa. También tenemos a nuestros más honorables y bendecidos economistas panterapia que en su odio y rencor por el 20% de aumento al salario mínimo, han recurrido a lo más artrítico e inútil de los argumentos: las políticas y tesis de Salinas de Gortari, es decir, que entre más esclavices a los trabajadores, mejor. Quizá los blanquiazules, que casi ni son clasistas, temen encontrarse al proletariado en el Hunan, el Palacio de Hierro, la kermés del Sagrado o en City Market.
También cuenta como necedad que la FIL de Guadalajara, que solía estar dedicada a la cultura, la inteligencia, y el culto a las letras, a los libros y a la palabra, se haya convertido en un aquelarre de conservadores, ultraderechosos y de fanáticos de FRENAAA. Salvo honrosas excepciones prevalece un pensamiento único y victimista donde alegan que la dictadura macuspánica les ha robado la libertad de expresión, aunque publiquen todos los días sus muy sentidos reproches.
Pero el campeón, el mero mero pentapichichi de la necedad, se lo lleva Ricardo Monreal. Pocos días después de anunciar envuelto en lágrimas que no se iba de Morena y ahora, con sobradísima autoestima, aseguró que si no le daban la candidatura presidencial en una ceremonia celta él se va a ir con sus chivas a Va X México. Pues a menos que Santiago Creel le haya cedido amablemente su lugar en la cola de las tortillas de las candidaturas, lo más probable es que esté blofeando ooootraaaaaa veeeezzzzz. Pero pon tú que lo mandan a freír espárragos de Morena… en cuanto ponga un pie en los predios de la oposición (ahí donde dice “¡Cuidado con el Claudio!”) Kinky Téllez se le va a barrer a la brava con los tacones por delante. !Qué necesidad, diría mi Juanga!
Acá entre nos, no me imagino la cara que pusieron los kukluxpanista que de manera rabiosa se manifestaron contra el aumento al salario mínimo, cuando unas almas piadosas les recordaron aquel vídeo de campaña donde Ricardito Anaya prometió a sus improbables votantes que subiría el salario mínimo en los primeros dos años de su mandato un mínimo de 200 pesos. Maldito comunista.