Jesús J. Castañeda Nevárez
Hoy es el Día Internacional de Conmemoración de las Víctimas del Holocausto. Hoy se recuerda a los miles de personas que murieron en los campos de concentración de los nazis y que precisamente un 27 de enero de 1945 las tropas soviéticas liberaron del campo de concentración y exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau.
Más de 6 millones de hombres, mujeres y niños judíos perecieron en ese holocausto que marca a la humanidad como uno de los más atroces crímenes perpetrados por los nazis e incitados por un líder inhumano que lleno de odio buscó exterminar a quienes representaron para él mucho más que sus enemigos.
La Asamblea General de la ONU decidió en 2005 declarar este día de conmemoración de los hechos que todavía siguen doliendo a la humanidad, pero también, como un recordatorio de lo que debe ser erradicado completamente y contra lo que en todo el mundo se debiera hacer conciencia. No más odio.
Han pasado ya muchos años de aquella ola de odio que asesinó a millones de personas y pareciera que aún no aprendemos la lección.
Seguimos odiando y seguimos incitando al odio. Los campos de exterminio hoy son nuestros propios corazones y nuestras mentes siguen maquinando formas de masacrar a quienes consideramos enemigos.
No es necesario que surjan grupos neonazis, la maldad camina todos los días por nuestras calles, se sienta en nuestras mesas y se recita todos los días machacando las mentes en una incitación permanente.
El 27 de enero de 1945 los prisioneros de los campos de concentración fueron liberados. Se abrieron las puertas de aquel infierno y aquellos seres humanos volvieron a la vida.
Su ruta no fue fácil, pues el grave daño ocasionado por ese odio irracional marcó su destino y las secuelas los acompañaron hasta el final de sus días.
Ojalá y todos entendamos que el odio no es la ruta de la vida; que podemos ser diferentes de género, de color, de creencias religiosas, de condición social, etc., pero que todos tenemos nuestras propias luchas internas con las que batallamos diariamente y que todos tenemos la ilusión de vivir felices y de terminar nuestros días en paz.
No debiera haber más odio entre nosotros; no más rivalidades y enfrentamientos entre hermanos. Ya es tiempo de que aprendamos a vivir en paz. Es mi pienso.
Colofón:
Es inadmisible que el Gobierno de Veracruz haya encarcelado a dos mujeres por haber protestado y reclamado por abusos y violaciones en su ámbito laboral.
No son las primeras personas que son reprimidas por protestar, ya antes con acusaciones de “ultrajes a la autoridad” muchos veracruzanos fueron privados de su libertad y ahora se suman éstas 2 mujeres las cuales son acusadas de “sedición”.
Preocupa que ocurra esto y que pudiera ser de forma permanente hasta convertir las prisiones de Veracruz en los nuevos campos de exterminio bajo las botas de un gobierno que casualmente llegó al poder precisamente realizando grandes movilizaciones y constantes manifestaciones en su calidad de opositor. Porka Miseria