sábado, noviembre 23, 2024

No basta la mañanera

El fentanilo incendió la relación entre México y Estados Unidos y cambió la actitud del gobierno del presidente Joe Biden con el presidente Andrés Manuel López Obrador. En la culminación de un mes de mensajes directos desde el Capitolio de legisladores influyentes y funcionarios, esta semana Washington dejó caer en la Ciudad de México todo el peso de la Casa Blanca, el Departamento de Estado y el Pentágono, para hablar con el Presidente y con el gabinete de seguridad y volver a su país con el compromiso de que el combate a los cárteles de la droga y parar el tráfico de fentanilo va a ser tomado en serio por Palacio Nacional.

Las visitas coincidieron con el crimen contra cuatro estadounidenses en Matamoros, que tensó la relación bilateral y provocó una andanada de reacciones de republicanos en el Capitolio pidiendo el envío de tropas estadounidenses a México. En una audiencia en el Congreso, la subsecretaria para la Defensa Territorial y Asuntos Hemisféricos del Pentágono, Melissa Dalton, dijo que esa posibilidad era muy compleja por la sensibilidad mexicana sobre la soberanía nacional y el riesgo que se cerrara por completo la cooperación, pero tampoco cerró la puerta a esa eventualidad.

Lo que más le preocupaba al Pentágono, agregó Dalton, que estuvo ayer en la Ciudad de México hablando con los jefes de las Fuerzas Armadas, es la creciente violencia en este país y el “profundamente preocupante” flujo de fentanilo a Estados Unidos. En la misma audiencia, el general Glen VanHerck, jefe del Comando Norte, agregó que los cárteles de la droga mexicanos son una de sus principales preocupaciones y resaltó que están utilizando dispositivos explosivos y pequeños drones para atacar a las fuerzas de seguridad. Lo que dibujaron en el Capitolio fue un creciente poderío de las organizaciones criminales que están doblegando a las fuerzas federales al otro lado de su frontera sur.

El fentanilo incendió la relación entre México y Estados Unidos y cambió la actitud del gobierno del presidente Joe Biden con el presidente Andrés Manuel López Obrador. En la culminación de un mes de mensajes directos desde el Capitolio de legisladores influyentes y funcionarios, esta semana Washington dejó caer en la Ciudad de México todo el peso de la Casa Blanca, el Departamento de Estado y el Pentágono, para hablar con el Presidente y con el gabinete de seguridad y volver a su país con el compromiso de que el combate a los cárteles de la droga y parar el tráfico de fentanilo va a ser tomado en serio por Palacio Nacional.

Las visitas coincidieron con el crimen contra cuatro estadounidenses en Matamoros, que tensó la relación bilateral y provocó una andanada de reacciones de republicanos en el Capitolio pidiendo el envío de tropas estadounidenses a México. En una audiencia en el Congreso, la subsecretaria para la Defensa Territorial y Asuntos Hemisféricos del Pentágono, Melissa Dalton, dijo que esa posibilidad era muy compleja por la sensibilidad mexicana sobre la soberanía nacional y el riesgo que se cerrara por completo la cooperación, pero tampoco cerró la puerta a esa eventualidad.

Lo que más le preocupaba al Pentágono, agregó Dalton, que estuvo ayer en la Ciudad de México hablando con los jefes de las Fuerzas Armadas, es la creciente violencia en este país y el “profundamente preocupante” flujo de fentanilo a Estados Unidos. En la misma audiencia, el general Glen VanHerck, jefe del Comando Norte, agregó que los cárteles de la droga mexicanos son una de sus principales preocupaciones y resaltó que están utilizando dispositivos explosivos y pequeños drones para atacar a las fuerzas de seguridad. Lo que dibujaron en el Capitolio fue un creciente poderío de las organizaciones criminales que están doblegando a las fuerzas federales al otro lado de su frontera sur.

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