Toda vez que ya no se puede creer ni en la paz de los sepulcros -lo que honestamente se le debe al señor Presidente López Obrador– que el ente de raíces transilvánicas nos salga ahora con que ni fue infarto, ni se desvaneció y que no lo trasladaron de emergencia. “Eso quisieran”, enfatizó, dando a entender que está bien informado…
Que todos son rumores, continuó diciendo. Mismos que han ido; desde que ya anoche lo hacían difunto. Hasta que fue el covid. Lo que habla mal del cuerpo médico que lo atiende y que las vacunas no sirven para nada, que todo lo de la pandemia ha sido un fraude, un tongo multimillonario…
El mal pensado de Don Sata –mi cuate- dice que así le hicieron con Fidel Castro y con Hugo Chávez. Las noticias de sus respectivos fallecimientos las dieron a conocer mucho después, para que mientras los embalsamaban y los maquillaban para que no se vieran mal; tomaban un poco de tiempo mientras arreglaban todo lo del cambio…
Porque finalmente así sucede en esos casos, cuando por aviesos intereses nadie respeta lo que el difunto quería; y se abocan a saber quién se queda al frente; con qué y cómo se iba a repartir…
En este gobierno de mentiras y fantasías de salud danesas; con el autor de la promesa hospitalizado y lo mismo hasta con chiquiadores -desconcertante paradoja- son perfectamente capaces de embalsamarlo sonriente, montarlo en un Hummer militar, escoltado por los secretarios de la SEDENA y de la Marina Armada -más o menos como La Marcha de la Lealtad, pero con difunto-…
Y pasearlo por Reforma y Juárez hasta Palacio, donde ya lo bajan, lo esconden en un closet y ponen a su doble. Que es buenísimo, no sé cómo se llama, pero es un actor que lo imita de maravilla. Sale en las redes y habla igualitito…
El caso es, que si Rodrigo Díaz de Vivar (1048 – 1099) El Cid Campeador, ya muerto fue montado en su caballo, y su sola presencia hizo correr a los moros -eso dicen, acuérdense que la historia la escribe el vencedor. Si Alemania hubiera ganado la Guerra, otros serían los héroes y otros los villanos-…
¿Que tiene el Peje que no? si hasta muerto puede asustar a los conservadores, a los neoliberales, a los fifís, a los corruptos y etc. etc. etc. pero haciéndoles creer que está vivito y coleando; según dice el Drácula de Paraíso, Tabasco…
No obstante, hay muchas dudas; pues en el infarto al corazón -puede haber infartos en cualquier otra parte- el dolor es muy intenso; pero avisa. Previamente da síntomas que lo advierten. No así, cuando el infarto es en el cerebro, los síntomas aparecen cuando ya se ha dado el infarto…
Dejando sin irrigación de sangre alguna parte del cerebro, la persona se desvanece, quedando generalmente inconsciente, o semi consciente. Todo tiene sus asegunes. Hay quienes buscan dónde caer y hay quienes caen de sopetón, podría decirse…
Hay infartos que dejan secuelas limitantes y otros incapacitantes, es decir, que las personas quedan sin posibilidad de valerse por sí mismas. Y aunque la rehabilitación ayuda, no es mucho lo que logra para revertir los daños. Por lo que cuentan las versiones, podría ser eso…
Al caso y como consecuencia, donde vaya siendo cierto que el Señor Presidente no reacciona, como ya dicen, y que eso de que en 2 o 3 días estará de regreso al frente de la mañanera -lo que ciertamente se puede tomar como amenaza-…
A ver quién les va a pagar al puñado de revoltosos que están en un plantón que dicen será de 5 días frente a la SCJN manifestándose en contra de la corrupción. Directamente pidiendo la remoción de la Ministra Presidente Norma Lucía Piña. Habrase visto tanta cobardía; porque finalmente están perdiendo el tiempo si lo que pretenden es que la “remuevan”…
Por cierto, que La Carta Magna determina, que, en el caso de ausencia del Presidente, deberá asumir el cargo quien ocupa la Presidencia de la Suprema Corte. Cuando menos así era antes, Benito Juárez llegó a la Presidencia en ese contexto…
Y no es que se le deseé nada malo; pero la verdad es que se necesita un cambio y supongo que él estaría contento en sacrificarse por ello. Va por México y por los pobres.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.