En la fiebre de destapes para la sucesión presidencial que vive el país –sobre todo en la oposición, donde en estos momentos ya hay más aspirantes que posibilidades reales de ganar la Presidencia– el viernes pasado se sumó un suspirante más del PAN: el exgobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, quien anunció en un video difundido en redes sociales, que después de platicar con su familia y dialogar con ella, decidió que su aspiración «no es ser candidato, yo lo que quiero y puedo es ser presidente».
Curiosamente el destape del exmandatario tamaulipeco se realizó de manera remota en un video grabado en el que se le ve hablar a él en una pantalla, ante un auditorio de personas sentadas en un salón que lo escuchan y estallan en aplausos mientras el político panista, que fue acusado y perseguido por la Fiscalía General de la República durante su gobierno por lavado de dinero y delincuencia organizada, dice que buscará ser presidente para «tumbar este régimen» y llama a «regresarle a México su libertad y su grandeza», mientras le manda bendiciones a quienes lo ven en su videomensaje y pide «que Dios bendiga a todo México».
Fuentes del PAN nacional aseguran que el videodestape de Cabeza de Vaca, que por cierto no mereció ninguna mención al día siguiente en las primeras planas de los principales diarios de la Ciudad de México, se hizo desde Houston, Texas, en donde actualmente radica el exgobernador. «Se mueve entre Houston y McAllen, desde allá está mandando sus videos. Lo más que se acerca es a la frontera de McAllen porque teme que le armen acusaciones», comentaron las fuentes panistas.
Y es que las acusaciones en su contra ya no son solo del ámbito federal, donde la FGR no ha informado hasta ahora que haya cerrado la carpeta judicial en su contra por los delitos de lavado de dinero y delincuencia organizada, por el que le libraron una orden de aprehensión federal, a pesar de que el propio exmandatario informó que el pasado 27 de febrero, un juez de Distrito en materia de Amparo le otorgó «el amparo y protección de la justicia federal, dejando insubsistente la orden de aprehensión girada en su contra el 4 de octubre de 2022 por el Juez de Control Iván Aarón Zeferin Hernández», según un comunicado de sus abogados emitido el 28 de febrero. Él mismo celebró en sus redes sociales que «la justicia me dio la razón» y que la orden girada en su contra «siempre fue ilegal e inconstitucional».
El problema, aun suponiendo que la FGR ya no lo pueda detener ni acusar, y lo que explicaría por qué Cabeza de Vaca sigue en Estados Unidos, donde por cierto tiene también nacionalidad, y prefiere hacer sus destapes y campañas presidenciales desde el otro lado del Río Bravo, es porque ahora también en el gobierno de Tamaulipas, que encabeza el morenista Américo Villarreal, le han abierto al menos una carpeta judicial por presuntos desvíos de más de 500 millones de pesos. La denuncia, hecha por el gobierno estatal, fue armada con el testimonio de un subprocurador que trabajó durante su gobierno y que ahora colabora como «testigo protegido» para la administración morenista.
Por eso, aún desde la comodidad de Houston y sintiéndose seguro con los gringos, Cabeza se mantiene muy activo en la política panista y negocia con el dirigente nacional Marko Cortés el obtener posiciones para él y su grupo político en las candidaturas para los comicios federales de 2024. De hecho, apenas el pasado 1 de mayo se les vio juntos a Cortés, Cabeza y a Ricardo Anaya participar en un encuentro con empresarios y académicos estadounidenses con los que hablaron de la seguridad y la violencia en México, en la Rice University de Houston, donde los panistas hicieron fuertes críticas a la estrategia del presidente López Obrador.
Así es que, si realmente va en serio su candidatura, Francisco García Cabeza de Vaca se convertiría en el primer aspirante remoto a la Presidencia de México, haciendo campaña desde Estados Unidos. Y no es que dudemos de sus aspiraciones ni sus intenciones, pero en el mismo PAN nos aseguran que la estrategia de Cabeza es más bien lograr un lugar en la lista de su partido para ser senador. «Se lanza por la grande para sacar reintegro, más que candidato a la Presidencia quiere ser senador pluri», asegura un integrante del CEN panista.
Por lo pronto, el problema de que los medios y la opinión pública no se tomen en serio tantos destapes desde la oposición, es que mientras proliferan cada vez más nombres de aspirantes que ya andan promoviendo su nombre, imagen y proyecto por todo el país, ni al PAN, ni al PRI ni al PRD en lo individual ni a la Alianza Va por México se le ve una estrategia realista y aterrizada para buscar ganar la Presidencia; los tres partidos opositores y su legión de candidatos le apuestan solo al desgaste, al enojo de los ciudadanos y al discurso de saliva para ganarle a Morena y a López Obrador, pero carecen de ideas, tácticas y estrategias puntuales para ir a la elección presidencial y por el Congreso.
Y mientras no haya un proyecto claro y una estrategia puntual, la oposición podrá tener ya casi una decena de aspirantes presidenciales, pero seguirá sin tener posibilidades realistas de enfrentar al aparato y al partido de Estado que operarán con todo y –como ya se ve–– sin respetar las reglas, para buscar la continuidad del proyecto lopezobradorista.