Raúl Arias Lovillo
La cuarta transformación se propuso construir un movimiento histórico que impulsara cambios profundos en la sociedad mexicana. Particularmente se propuso acabar con la corrupción, disminuir la desigualdad social y construir las bases de un desarrollo económico con un enfoque centrado en el bienestar de la población. Morena tenía todo para lograrlo al alcanzar el triunfo en las elecciones de 2018, con una histórica votación muy por encima del resto de los partidos políticos. Incluso, sin haber votado por Morena, una buena parte de la sociedad mexicana veía con muy buenos ojos la lucha por estos objetivos. ¿Quién puede estar en contra de luchar contra la corrupción, de enfrentar la disminución de la ancestral desigualdad social o aspirar al logro de un mayor bienestar para la población?
Después de cinco años en el gobierno el balance es completamente opuesto al logro de los objetivos que se propuso la cuarta transformación. No se ha logrado eliminar la corrupción y mucho menos en el ámbito gubernamental, hay cada vez claros indicios de mayores niveles de corrupción en este gobierno de Morena que en los llamados gobiernos neoliberales. Con información oficial se puede afirmar que la desigualdad social ha aumentado, los grupos económicos de México han recibido como nunca mayores apoyos en los últimos años; por el contrario, los sectores más pobres y marginados se han incrementado de manera importante en este gobierno. Como corolario, no se registran mayores niveles de bienestar de la población pero si un aumento en su inconformidad de como se vive hoy en el territorio nacional y particularmente en Veracruz. No podría ser de otra manera cuando vivimos en México el sexenio más violento de las últimas décadas por el número de homicidios acumulados y, pese a lo se afirma por parte del gobierno del estado, Veracruz es una de las entidades con mayores niveles de violencia e inseguridad.
Se pueden agregar otros signos ominosos del tremendo fracaso de la 4T. Su desprecio por los organismos autónomos y el poco respeto por la separación de poderes. El fiasco de sus obras emblemáticas: aeropuerto AIFA, refinería de Dos Bocas, Tren Maya, mal planeadas y presupuestadas y en el caso de las dos primeras consideremos que pese al tremendo gasto aún no funcionan; en el último caso se agrega la terrible destrucción de ecosistemas milenarios, irrecuperables por completo. El abandono de la educación, la ciencia y la tecnología, comprometiendo el futuro de millones de niñas, niños y jóvenes. Provocar el desmantelamiento del sistema salud, dejando en la desprotección sanitaria a millones de compatriotas. Adoptar políticas públicas claramente anti ambientales, violentando acuerdos internacionales. Se podría sumar un gran número más de errores y de malos resultados de gobierno a esta lista pero con los mencionados resulta más que evidente el fracaso de la 4T.
Pese a este evidente fracaso de la 4T, en tanto este partido no cumplió con los propósitos que lo llevaron al triunfo, Morena se sigue apuntando como posible ganador de las elecciones de 2024, tanto a nivel federal como a nivel estatal. ¿Cómo se puede explicar esto? Las razones se encuentran en el uso de recursos públicos para comprar la voluntad de la gente a través de los programas sociales y en todas las maniobras que hace para controlar los órganos electorales.
En un secreto a voces, Morena manifiesta una clara amenaza a sus seguidores de si no votan por ellos los programas sociales desaparecerán. Nada más falso que esto porque existe un acuerdo en el Senado Mexicano de seguir manteniendo los actuales programas sociales independientemente de quien gane las elecciones el próximo año.
Frente al enorme y escandaloso gasto de las próximas campañas de las denominadas corcholatas, que evidentemente será financiado con recursos públicos, la unidad de todas las fuerzas políticas de oposición pueden construir candidaturas legitimadas por elecciones primarias para enfrentar los procesos electorales del proximo año. Confrontar el “dedazo” de AMLO para elegir la candidatura sucesoria a un proceso electivo transparente de la sociedad civil puede constituirse en un factor desfavorable para la 4T. Y si a esto se suman los malos resultados del gobierno, entonces se puede afirmar que nada está decidido para el 2024 a nivel federal y en nuestro Veracruz.