domingo, noviembre 24, 2024

El señor X

Quiero escribir de otros temas que me parecen más interesantes, estoy atorado con una disertación sobre la estética en la arquitectura y otro sobre las políticas absurdas de zonificación en nuestras ciudades, políticas que solo han dividido y confrontado a los que las habitamos. Estoy convencido que debemos pensar en ciudades más peatonales, con tejidos sociales mejor articulados y aptas para una población que envejece cada año, quiero escribir de esto, pero las coyunturas me ganan.

Hablar de unos árboles que cortan y rasgarnos las vestiduras por este “ecocidio” y no penar que gran parte de la obra pública de la ciudad es para atender las necesidades de su majestad el coche y no para atender asuntos más importantes como transporte público, medios alternos, movilidad integral y destinos peatonales de 15 minutos, o simplemente contención de la mancha urbana y densificación de la ciudad.

Temas de la ciudad hay mil, seguimos pensando en ciudades del siglo XX y ya estamos bastante entrados en el XXI. Pero en fin, para muchos que se dicen ambientalistas las ciudades son una tragedia ecológica, por el contrario, yo las considero uno de las mejores ideas de la cultura humana. Haber desarrollado en concepto de ciudad permitió el desarrollo de ideas complejas y más sofisticadas como la escritura, las matemáticas y las artes.

He dudado si nuestras ciudades son el resultado de nosotros como sociedad o si nuestras sociedades son resultado de las ciudades que habitamos. Gran parte son socias, desordenadas, un poco caóticas y sin mantenimiento. Son hostiles, violentas y ruidosas, no es muy difícil unir los puntos y respondernos que así somos nosotros como sociedad, somos el reflejo perfecto de las ciudades que tenemos. Por esto es que el tema de una mejor ciudad me interesa mucho, estoy convencido que es el camino a una mejor sociedad.

Pero no es plantando dos árboles o haciendo puentes para coches, creo que es tiempo de repensar la Xalapa que queremos. Pero una de verdad, que nos incluya a todos y construya una idea de un mejor futuro, próspero y más limpio y ordenado.

Pero en fin, eso son mis ideas, por el otro lado hablar de la estética es un tema que me apasiona, cada día estoy más convencido que la belleza es una serie de códigos matemáticos de proporciones muy sutiles y elegantes. Nietzche afirmaba que la moral tiene criterios estéticos, ¿Matarías antes a una cucaracha o a una mariposa? Al final del cuento, la consideraba fundamental y capaz de dotar de sentido a la vida. Un tema el de la belleza y lo que consideramos bello, pero sobre todo, cuestionarnos por qué consideramos bello lo bello.

Pero avanzo dos o tres cuartillas y las borro para iniciar de nuevo. Todos los días cambio un poco de opinión, me muevo y exploro las opciones de pensar lo contrario, de seguir planeando ciudades feas y sucias, donde nos preguntemos, eso sí, muy académicamente, por qué hay tanta violencia y pobreza.

Pero regreso al otro tema, ya más como comedia nacional. Creo, solo por suponer algo, piensen por un momento, López Obrador ha construido al candidato de la oposición, al grado que ya tiene más fuerza que sus propios candidatos o “corcholatas”. Vamos a pensar que tiene un plan perfectamente pensado y el fenómeno de Xóchitl Gálvez obedece a una serie de estrategias para desarticular a la oposición de forma total y absoluta. Todo lo que hemos visto es solo distracción, nadie de las corcholatas es el elegido y la Gálvez solo es euforia de unas semanas que se desinflará y de ahí, López Obrador, como jugador de ajedrez político excepcional, dé jaque mate y haga la jugada magistral para definir la elección.

Creo que habría que pensar más como estratega de béisbol, quiere ponchar al bateador y no permitir que se le llenen las bases. Lo único malo, es que el pitcher ya está cansado y ya todos se saben sus lanzamientos. Las bolas ensalivadas o sus curvas ya las conocen. Lo único que le queda es pegarle al bateador y mandarlo a primera, ahí con una rolita lo mandan out.

De algo estoy seguro, el resultado cada vez se le complica más, pero de que hará todo para ganar lo hará. Lo que esté permitido y lo que no lo esté. Tanto, que si llega a perder, dudo mucho que acepte que perdió y dirá que ampáyer estaba vendido desde el principio.

Mientras tanto, ya no le va a decir Xóchitl, ahora es la señora “X”.

Uno de mis episodios favoritos del Inspector de la Pantera Rosa era justamente el del Señor X.

Si la Gálvez no aprovecha al director de campaña que tiene es que no merece ser candidata de oposición. La ha subido a las mayores alturas.

Pero no podemos olvidar, entre más alto estés más dura es la caída.

Si quieren ver el episodio del Señor X aquí les dejo el link:

Jorge Flores Martínez

jorgeflores1mx@hotmail.com

Twitter: @jorgeflores1mx

otros columnistas

El Regreso de Trump

De Trump y cosas peores

Rotos y rompidos

Entre lo sagrado y lo profano

La Traición como política

Tres mil pesos

Un mundo de locos

Significados vacíos