Uno de los sonsonetes más repetidos por el discurso de Movimiento Ciudadano y también de Morena está orientado a distinguir la “nueva política”, que según su entender practican, respecto a la “vieja política”, la de viejo cuño representada por “el PRIAN”, no obstante, cualquier observador de nuestro entorno sociopolítico encontraría serias dificultades para conocer la diferencia entre cómo actúan los unos y los otros porque en realidad no existe señal alguna del contraste. Igual mienten en uno como en el otro bando, igual proceden en Morena y en MC cuando adoptan la estrategia de “cachar” personajes emigrados del PAN y del PRI, o sea representantes de la “vieja política” como Alejandro Murat ex del PRI y Javier Corral, ex del PAN; o bien de exgobernadores priistas a quienes el gobierno otorga la investidura de embajadores, ¿esos militantes de la “vieja política”, por el hecho de fugarse hacia Morena son ahora políticos de vanguardia? Y en cuanto a Dante Delgado, quien se esfuerza por parecer un adalid de avanzada, pero lo desmiente su prolongada permanencia al frente de los diversos avatares del hoy Movimiento Ciudadano, y a la vez lo caracteriza más como un autócrata tercermundista y no un político con nuevos paradigmas.
El evento político de Nuevo León golpeó fuertemente el proyecto electoral de Movimiento Ciudadano, la de Samuel García fue una candidatura de perfil acentuadamente mediático que le permitía suponer un engrosamiento del número de votos a su favor y así convertir a MC en gozne de negociaciones en el Congreso federal; el repliegue del oleaje dejó al descubierto una participación con fuerte tufo a esquirolaje electoral a favor de Morena. La defenestración de la candidatura de Samuel García desnuda a Dante y lo exhibe en su terrenal condición de político a la antigua, como lo demuestra su reacción visceral que lo lleva a suministrar la extrema unción al bloque de contención en el senado, que ya “ha muerto”, dijo. Sin duda hay motivos que explican el enojo de Dante Delgado, porque detrás de su reacción emotiva subyace la preocupante realidad: ya sin Samuel García como candidato de MC a la presidencia este partido se sitúa en la dramática tesitura de no poder conseguir otro candidato con similar convocatoria, situación que pone a MC en riesgo no solo de perder diputaciones hasta ahora ganadas sino el registro del partido. ¿Será Dante Delgado el candidato de su partido a la presidencia? Cometería suicidio político porque su imagen no concitaría el voto joven y lejos está de convertirse en “candidato disruptivo”, tampoco atraería la atención del ciudadano consciente del valor de su voto, pues en la próxima elección prevalecerá la controversia ciudadana entre el voto útil y el de desperdicio, entre un voto emitido para ganar y uno semejante a una bala de salva. Pero entonces ¿Dónde está la “nueva política”?