martes, noviembre 26, 2024

Las guerras…

Aunque de facto, las guerras exponen la barbarie humana, capaz de las más grandes atrocidades, de los peores sadismos.  El olor de la sangre y de la muerte, vuelve bestias a los humanos; que ya de por sí, de humanos poco se tiene…

Hay reglas que deben respetarse, según el IV Convenio de Ginebra, aprobado en 1949, como son: proteger a los combatientes, heridos, enfermos o náufragos, prisioneros de guerra, civiles, personal médico, capellanes militares y personal de apoyo civil a las Fuerzas Armadas.

Primera regla. – Prohibir el uso de armas especialmente crueles y los ataques indiscriminados a la población civil, las armas químicas o las minas antipersona.

Segunda regla. – Las partes en conflicto deben abstenerse de atacar a la población civil, y proteger espacios como escuelas y hospitales.

Tercera regla. – Se debe de asistir en todo momento a los heridos, a los enfermos y proteger al personal sanitario.

Reglas que, por supuesto, no se respetan; más bien parece que se hace todo lo contrario.  Bien decía El Gran duque Constantino de Rusia (1827 – 1892) “Yo detesto la guerra, echa a perder a los ejércitos”…

Israel se ha cansado de bombardear escuelas y hospitales en Gaza; y la matazón de civiles ya ni se cuenta.  Pero ahí no se dice nada.  Algo o alguien los protege para que sigan adelante con su público genocidio, ante la indolencia de una humanidad que ya no se conmueve casi con nada…

En Ucrania, ya en abierta provocación, bombardean con ojivas de racimo a la población civil en las playas de Sebastopol, en Crimea.  Y todavía, desde Kiev, justifican el bombardeo alegando que la otrora Isla, hoy península, es territorio de Ucrania y que ahí no hay civiles.  Que todos son ocupantes.  Y agregó, que están en guerra y todo es territorio de guerra…

A todo esto, aún no se sabe de las represalias que se tomarán desde el Kremlin; pero el Presidente Putin se vio muy molesto por la muerte de niños durante el bombardeo.  Además, involucró a EE.UU. en el ataque, pues las armas eran de EE.UU…

Pero el secretario General de la OTAN Jens Stoltenberg, aclaró que ellos no estaban involucrados en el conflicto; que solo les surtían armas y municiones para garantizar su defensa.  ¡Hombre! de haber sabido; ya los estábamos involucrando…

Pero por lo pronto, en la otra guerra, se cuentan por miles los voluntarios que, apoyados por Irán, se ofrecen a combatir al lado de Hezbolá contra Israel…    

Por lo que ya parece ser inminente que Israel extienda su ofensiva hasta el Líbano en persecución de Hezbolá, el Partido de Dios, que nació bajo la férula de la Guardia Revolucionaria de Irán…

No será la primera vez que se enfrenten; ya en 1982 protagonizaron un conflicto que terminó con la retirada de las fuerzas israelíes del Líbano; pero los enfrentamientos vienen desde 1948-9, cuando se instauró el Estado de Israel y nadie sabe cuándo acabarán…

“La guerra es dulce para los que no la conocen”.  Erasmo de Rotterdam (1466 – 1536)

Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.

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