sábado, noviembre 23, 2024

Nena de la Reguera

La última vez que hablé con ella, en febrero de 2021, que recuerde (¿acaso se acordará ella), Dulce María Nena de la Reguera Gómez me invitó a pasar un día en su residencia de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río. El plan era –así me lo planteó– disfrutar una (¿solo una?) buena botella de vino para rociar una no menos buena comida, pero antes, me ofreció, su esposo Carlos Maroño Acosta me llevaría a dar un paseo en el yate de la familia por la bahía del puerto. ¡Óoorale¡, me dije.

Había estado platicando con ella a raíz de que Morena la invitó, y ella aceptó, a ser la candidata a presidenta municipal de Boca del Río. De más está decir que es muy simpática, con una personalidad muy atractiva como la influencer que es, un verdadero personaje en el puerto de Veracruz, asesora de imagen, profesora normalista (empezó dando clases en Tolome, municipio de Paso de Ovejas) y de danza, súper conocida como fundadora y maestra de la Escuela de Superación Personal y Maquillaje, exconductora de “Nenísima” en Televisa Veracruz, ex “Señorita Veracruz”, exfinalista “Señorita México”, exreina del carnaval, modelo, columnista de sociales en El Dictamen y, como si eso no bastara, mamá de la actriz Ana de la Reguera.

Dos días antes de aquella fecha me había yo expresado de acuerdo con ella, en un comentario que apareció en el Corporativo Imagen. Criticaba a alcaldes y diputados, muchos de Morena, quienes habían solicitado licencia para buscar un nuevo cargo de elección popular. Su opinión era que si no habían ganado no debían regresar a sus cargos porque esa práctica era “un relajo, antiprofesional, antipolítica”. En aquella ocasión aceptó que no sabía de política, por lo que sin ningún titubeo me dijo: “Me encantaría que me jalaras las orejas y aconsejaras si ves que estoy metiendo la pata”.

El sábado, la Gobernadora Electa, Rocío Nahle, anunció que había decidido nombrarla secretaria de Turismo. Sin restarle méritos a Nena, creo que privó más el sentido de la amistad, que se remonta a por lo menos seis años, cuando Rocío la presentó a ella y a su hija Ana con el entonces candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador en una visita al puerto. Ello provocaría que AMLO las invitara a su casa en la Ciudad de México y luego las tuviera como invitadas especiales en su acto de rendición de protesta.

Desde entonces, en 2018, la invitaron a ser candidata a diputada federal o local, lo que no aceptó porque no quiere alejarse –eso imagino– de su confort en la zona conurbada, y, me dijo, no le gustaba la idea de ir a vivir a Xalapa o a la Ciudad de México. Por eso, en 2021 aceptó ser candidata a alcaldesa, porque si ganaba, podría ir a comer a su casa. “Está cerquita”.

Será, pues, una secretaria sui géneris, por su edad, que no oculta. Llegará al cargo a sus 75 años (ella es Virgo). No rehúye hablar de su vida privada, como el hecho de que le gusta ir a comer a su casa para hacerlo con su esposo Carlos Maroño Acosta, con quien se casó en segundas nupcias, cuando ella tenía 56 años y él 68. Por lo que se advierte, ahora sí, con su nuevo cargo tendrá que sacrificarlo.

En aquel febrero de 2021, cuando platiqué largo y tendido con ella, Nena me comentó que, por ejemplo, en sus inicios como aspirante a la gubernatura asesoró a Cuitláhuac -García Jiménez, y le vaticinó que sería gobernador. Entonces mantenía buena relación lo mismo con Fidel Herrera Beltrán que con Dante Delgado, con Miguel Ángel Yunes Linares que con Javier Duarte. De Miguel lo recordó a los 14 años en la escuela, “peleonero a morir, con su cara brava“” de Dante, cuando rompió con su novia “Señorita Córdoba”, la pretendió a ella entonces, “Señorita Veracruz”: “La verdad, nunca me gustó, era muy feo” (risas), y ahora llevan buena relación, y de “Javiercito“” lo conoció por su mamá Cecilia, “La güera”, su compañera de ballet.

No ganó la alcaldía, y el 27 de abril de 2023 le declaró a Pepín Ruiz, en su calidad de influencer, que sí le gustaría volver a la política. Dijo entonces que si Rocío Nahle la invitaba a participar, la acompañaría. “Si me invita a trabajar, sí trabajaría con ella”. Expresó que la admiraba mucho. Ya la invitó, y aceptó. Si bien ella no tiene ninguna necesidad económica, sin duda, Nahle aplicó en su caso el dicho de que en política al amigo o a la amiga se le conoce en la nómina.

Como se puede uno imaginar, por su experiencia, tiene recursos para salir de cualquier situación incómoda. Su campaña como candidata a alcaldesa de Boca del Río fue sui géneris. En una reunión con militantes de Morena, como técnica de acercamiento, los empezó a describir conforme su nombre y su signo zodiacal. “A los que se llaman como tú son así o asá”, les decía. El último, se llamaba Francisco. Le mencionó entonces que a los Francisco les gustaba la copita, que amanecían con crudita, y que eran mujeriegos. Francisco le respondió que sí, que le gustaba la copita, que sí era mujeriego, que tenía cuatro mujeres, su esposa y tres hijas, que estaban presentes. Nena le reviró entonces, de inmediato: Se me pasó decir que todos, excepto tú. Habrá que ver ahora sus habilidades como secretaria de Turismo. No es lo mismo ser un personaje que un servidor público.

En aquella ocasión, cuando le pregunté si podía publicar todo lo que habíamos hablado, me autorizó: “Sí, mi vida es un libro abierto”.

“Alito” se empeña en sepultar al PRI

Y cuando desperté, el dinosaurio todavía sigue ahí.

Lectores, estoy de vuelta, luego de más de 15 días en que caí víctima de dengue, que se me complicó con otros problemas y me desarmó por completo.

Regreso evocando El dinosaurio, uno de los microrrelatos más famosos del español, del escritor guatemalteco mexicano (por derecho propio) Augusto Monterroso: “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”.

De Google tomo una posible interpretación: “… la humanidad dormida, una vez que despierta, lamentablemente, se halla con las mismas monstruosidades de siempre, y observa un mundo irracional en el que nada ha cambiado”.

Interpretación exacta sobre el dinosaurio que es el PRI desde hace mucho. Salgo de mi letargo obligado y me topo con que Alejandro “Alito” Moreno se salió con la suya: logró ayer que se reformaran los estatutos para permitir que se pueda reelegir por ocho años más sí así lo desea. No tiene madre, me dije para mis adentros.

En realidad, el dinosaurio que encarna es solo de plástico, inflable, pero le sirve bien para seguir medrando a costa de los impuestos de los mexicanos.

José Antonio Crespo publicó enseguida que de 1976 a 2024, el PRI cayó del 95% del voto al 9%, en buena parte, por su culpa.

En el caso de Veracruz, si lo que queda del auténtico priismo no pasa de las palabras a una acción efectiva, de su protesta escrita a algo más, entonces tendrá el partido y la dirigencia que se merece.

AGRADECIMIENTO

A todas las personas que se han interesado por mi estado de salud les agradezco. No estoy al 100. Creo que me llevará algo mi recuperación total, pero trataré de regularizar mis publicaciones. A todos, muchas gracias.

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