No ha sido muy frecuente escuchar del presidente López Obrador un reconocimiento a los ofrecimientos incumplidos, de los muchos que formuló desde el inicio de su gobierno, por ese motivo resultó insólita su expresa declaración sobre el fracaso del INSABI: “en el caso de la salud ahí no funcionó lo que teníamos pensado…”; por eso decidió la desaparición del INSABI en abril de 2023. La idea sustituta fue crear el IMSS-Bienestar, compuesto por un Primer Nivel de atención (centros de salud, consultorios generales y unidades de medicina familiar) y el Segundo Nivel (atención ambulatoria, especializada y hospitalización), y podría escalar a hospitales de alta especialidad, de Tercer Nivel. Así se pretende atender a una población de 53 millones habitantes privados de seguridad social, ojalá ese objetivo se concrete cabalmente en el próximo gobierno. Pero, AMLO también debiera reconocer otros sonados desaciertos, o fracasos según se quiera ver, como el de la “Megafarmacia más grande del mundo”, que no ha logrado solucionar el grave problema de desabasto de medicamentos.
Y qué decir del escabroso asunto de Segalmex, el caso paradigmático de impunidad, pues, pese a la escandalosa suma de dinero público que se desvió sin que haya efectivas muestras de ejercitar una investigación a fondo que culmine con el debido castigo a los infractores, por si solo este caso derrumba cualquier aviso retórico de lucha anticorrupción, uno de los puntos medulares con los que edificó AMLO la versión utópica de un gobierno honesto, diferente a sus predecesores, según el cuento ya desmentido por una realidad distópica.
“Es un sueño convertido en realidad”, dijo López Obrador (¿quién no lo recuerda?) el primero de julio de 2022 cuando “inauguró” la refinería Olmeca, pero fue como un sueño vaporoso de verano porque la planta en realidad estaba lejos de poder iniciar sus funciones; un año después, en marzo de 2023, el presidente regresó al lugar de los hechos y afirmó que ese proyecto de refinación estaba “en fase de integración y pruebas” y que en julio de ese mismo año ya empezaría a producir gasolinas. Misión incumplida porque imperó la sequía de gasolina y el dinero gastado ya sobrepasaba el doble de lo originalmente proyectado. Al parecer Julio es mes de preferencias porque ni en diciembre de 2023, ni en febrero de este año de esa factoría ha brotado un gramo de gasolina, y se dijo que en este mes ya estaría funcionando a toda su capacidad, es decir, refinando 340 mil barriles de gasolina.
En conclusión, no logramos la autosuficiencia alimentaria y SEGALMEX resultó todo un megafraude; tampoco conseguimos la autonomía energética; más pesaroso aun, en salud no llegamos a Dinamarca y, todavía peor, el desabasto de medicamento sigue vigente. Por si no bastara, el apostolado contra la violencia ha resultado ser una inútil tronadora de “cuetes” porque la delincuencia se ha puesto arriba en el marcador.
“Dejo de llamarme Andrés Manuel si no se resuelve el desabasto de medicamentos”, “consideraré un fracaso si no reducimos los índices de violencia”, así lo ha dicho AMLO. Y solo quedan dos meses y medio para que finalice el sexenio.