domingo, noviembre 24, 2024

Alito y Arjona

Salvador Muñoz

Los Políticos

Dijera Arjona: El problema no es Alito… el problema es el priísta.

Alito hizo lo que cualquier persona con más defectos que virtudes, hubiera hecho en su lugar: agandallarse, aprovecharse, hacer un teatro, pedir a sus compinches prestarse a la simulación de la democracia… vamos, se esperaba de Alito eso… parafraseando al clásico: “¡Así es y qué!” No hay sorpresa! Es más, estaba más que cantada su reelección!

Quien sorprende es el Priísta…

Las últimas derrotas electorales que han dejado por los suelos al partido, es claro que ya mellan en la dignidad del priísta…

Sí, me pueden decir por allí, “¿Cuál dignidad? Si cuando era el Partidazo cada uno de sus elementos era un excelente expositor del agachamiento de cerviz… si cada priísta endiosaba al Presidente y rendía pleitesía… si cada militante era fiel servidor de la palabra del dirigente en turno, del Gobernador en turno, del mandatario en turno… Sí, Señor, lo que usted diga…”

Sin embargo, en el 2018 tuvieron oportunidad de buscar ser esa oposición y opción que pocos, muy pocos priístas entendieron… mientras, una mayoría creía que las cosas iban a seguir igual y optaron por quedarse callados, a la espera de que las cosas por sí solas se dieran; muchos de ellos, en las rentas que los buenos tiempos del Partidazo les dejó, sin hacer nada…

Habrá quienes critiquen a quienes decidieron abandonar el barco… totalmente aceptable la crítica, pero también de cierto modo razonable la salida.

Al menos los que se salieron no tuvieron que seguirle el juego a Alito y se ven mejor, mucho mejor, que ésos que se quedaron en el partido, pero callados…

De qué sirve que defiendan los colores, al instituto, si con su silencio solapan a su Dictador que raya en Tirano… 

¿Con qué cara van a criticar al partido en el Poder cuando en su casa tienen a su Amlito… su Madurito? ¿Con qué cara critican a los que se fueron cuando al quedarse en el partido están lejos del institucionalismo que presumían y más cerca de la disciplina adquirida a través de un entrenador de perros?

Por eso les digo, el problema no es Alito… El problema es el priísta que jamás supo deshacerse del yugo que en otros tiempos, el otrora partidazo le puso y hoy, sigue lamiendo.

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