El muy dinámico acontecimiento de nuestros días provoca la espesa bruma que impide advertir con la necesaria claridad el peso y trascendencia de los cambios introducidos en el pais durante la estadía de AMLO al frente del poder ejecutivo de la nación; pero en realidad es complicado evaluar este periodo presidencial desde la perspectiva contemporanea porque es practicamente inevitable despojarse de los vapores del subjetivismo, de las imprescindibles filias y fobias inherentes al parcialismo de un enfoque personal por más desinteresado que se promulgue, sin embargo, es preciso asumir ese riesgo en la medida de cómo la oiorvamosa partir de nuestras experiencias y vivencias empíricas. ¿Cuál será el alcance de la «transformacion» inducida por AMLO en el futuro inmediato de México? ¿son positivos para el país? si generalizamos incurrimos en el riesgo de adoptar una posición de parcialismo, aunque, por cuanto es posible observar, la atencion a programas sociales de indole asistencialista cubre eventualmente ciertos satisfactores para la poblacion más menesterosa de México, ese es un punto a favor en beneficio de un sector poblacional ávido de satisfactores. Pero no es posible coincidir en materia educativa, ni en lo referente a los servicios de salud, mucho menos en seguridad publica, visto así el balance tiende a ser negativo.
Porque en el sector Salud la infraestructura hospitalaria es similar a la de 2018, pero más deterirada; es acentuable la grave distorsion en los procedimientos de adquisicion de medicamentos causante del fatal desabasto, de igual manera sucedió con la distribución de medicinas cuyo desbarajuste ni la ilusa pretension de la megafarmacia pudo resolver. La ideologizacion introducida en nuestro sistema educativo adolece de motivaciones equivalentes al «lavado de cerebro», con animo de generar una cultura que propicie la desaparición del «aspiracionismo» para en en su lugar instalar un conformismo sujeto a las dadivas otorgadas por un gobierno controlador, muy del gusto de quienes opinan que «el nteres general está por encima del individuo». Tal significa colocar al Estado en el centro y por encima de la vivencia social, lejos, muy ajeno del espiritu que animó a la Revolucion Mexicana y al «grito» de Independencia que con tanto fervor celebramos los mexicanos. ¿Vamos por el camino deseado? Para quienes gobiernan esa es la decision del pueblo, un supuesto muy peregrino porque al «pueblo» no se le ha consultado si en realidad prefiere el conformimo sobre el «aspiracionismo», considerado este como un legitimo y muy humano deseo de superaración, sin el cual la humanidad no habría alcanzado los índices de progreso tecnologico y cientifico de los que ahora goza. Queda aun por conocer sobre la rentabilidad del Tren Maya, porque del AIFA está comprobado que no resolvió la creciente demanda del transito aereo en la capital del país. Sobre el paso interoceanico aun falta trecho para conocer de las bondades de ese proyecto anunciado por el secretario de la presidencia de Luis Echeverría, Hugo Cervantes del Río, en 1976, muy pírricamente proseguido en los diferentes gobiernos subsecuentes y continuado por AMLO para ver si Claudia Sheinbaum lo culmina. Ciertamente, México vive en la encrucijada histórica.
A nuestro juicio ese es el meollo que debiera atender el debate público, porque todos deseamos vivir en progreso y armonía social para recuperar los niveles de seguridad que hemos perdido, esa prenda que la violencia fecundada en el seno social de ahora propicia su «normalización», sin duda, pues sin duda en la convivencia cotidiana ya forma parte de nuestra realidad y está familiarizada en el animo social contemporaneo. Igoramos si el gobierno venidero reinstalará la fallida estrategia de «abrazos y no balazos», comprobadamente ineficaz, ese es un enigma que pronto quedará resuelto, ojalá no sea más de lo mismo. Ya se va López Obrador, deja el país oliendo a azufre porque en realidad no gobernó para resolver los problemas nacionales sino para instalar un régimen acorde a sus propositos transexenales y en base a un trasnochado pensamiento «revolucionario» que no atendió la problemática nacional, solo los pospuso para atender su prioridad cuatroteista. Dificil arranque del gobierno entrante por la prevalencia de serios problemas económicos y financieros que impedirán anuncios halagueños verificables en los primeros cien días de gobierno. Ya se va AMLO, y deja para la anecdota el episodio «yunista» como un distractor más para distraer la atencion respecto de los grandes problemas nacionales, porque finalmente Yunes Linares es otrotrofeo más de sus venganzas cumplidas, pues con Yunes o sin él la reforma hubiera sido aprobada. Lo colocó en la picota pública, sometido al escarnio nacional, encerrado en el pais y MORENA lo utilizará como ariete contra sus excompañeros de partido. Así es el escenario político, pintado del color al gusto de quien lo observa, para unos bien, no tanto para otros. ¿»No es verdad amada mía que en esta apartada orilla nada es verdad, nada es mentira, todo es del color según quiem lo mira»?