Línea Caliente
Si el gobierno entrante no está preocupado por la bancarrota que hereda, “¡Pero si les dejamos 10 mil millones para aguinaldos!”, dice orondamente el secretario de Finanzas, José Luis Lima Franco, quien repetirá en el cargo, entonces algo apesta en Dinamarca.
La Auditoría Superior de la Federación, Orfis, el Congreso del Estado, la oposición partidista y la opinión pública dan cuenta de multimillonarios desvíos cuya cereza del pastel son las “Empresas Patito”.
No hay que ir muy lejos para observar la cascada de denuncias a escasas cuatro semanas de que deje el cargo el impresentable Cuitláhuac García Jiménez.
Ya mismo no hay quien le responda a ORFIS que de manera reiterada ha venido denunciado que la deuda pública del sexenio creció a 52 mil millones de pesos y que es un hecho que se escondió otra parte.
En una voz en el desierto se ha convertido la revelación hecha el dirigente emecista Sergio Gil, hoy diputado federal, al presentar pruebas de que la deuda pública rebasa los 82 mil millones de pesos.
El monto y la confusión numérica obligan por tanto a que el gobierno entrante renegocie la deuda ya que si actualmente se pagan 4 mil millones anuales de intereses ahora será de casi el doble dado el nuevo monto de deuda.
El órgano de fiscalización, ORFIS, revela además que tan solo el año pasado se registró un daño patrimonial por casi mil 700 millones de pesos. Sin embargo, el gobierno replica que solo son 280 millones de pesos como si ese resto fuera cualquier cosa.
La turbiedad financiera no termina ahí.
Para el gobierno saliente no hay registro de “Empresas fantasma” expuestas a la luz pública desde 2020.
“Cuitláhuac García desvió 5 mil millones de pesos vía 227 empresas fantasma; la fachada fue, sobre todo, por contratos en materia de salud y mantenimiento de equipos médicos”, según denuncias del PAN, MC y el PRI.
Eso ¿Cuenta o no cuenta?
Ya la Auditoría Superior de la Federación ha venido advirtiendo año con año anomalías financieras.
La más reciente, 2023, por un total de 374 millones de pesos por pagos sin comprobantes, asignación de contratos sin licitaciones públicas y transferencias bancarias sin registro de rendimientos financieros.
Ahí asoman la Secretaría de Salud, el organismo del agua CAEV e INVIVIENDA.
También en el ajo están Sefiplan, SIOP y SEDARPA.
En 2019, luego de revisar el primer año de gobierno del salsero, se observaron anomalías en la adquisición de 200 patrullas para la SSP, así como en la compra en 2021 de medicamentos en el marco de la pandemia de Covid por mil millones de pesos.
Para el gobierno entrante no es desconocido que en la Secretaría de Educación de Veracruz, la SEV, la Oficialía Mayor a cargo de Ariadna Selene Aguilar Amaya, ejecutó millonarios desvíos a grado tal que la administración entrante la paró en seco y la dependencia lleva meses siendo auditada.
Ya mismo crece la exigencia de aclaración de por qué Finanzas supuestamente entregó 50 millones de pesos al magisterio jubilado a través de Francisco Pérez Carreón, primo de Eleazar Guerrero -a su vez primo de Cuitláhuac- gerente de SSTEEV o Seguro Magisterial, correspondiente al ahorro de 80 mil profesores jubilados del magisterio y la UV.
En realidad, los 50 millones no fueron pago del gobierno sino jineteo, manipulación y robo del dinero de los jubilados.
Por donde le rascas sale pus.
¿Por qué no se le ha dado encargo federal alguno a Cuitláhuac? ¿Por qué repite José Luis Lima Franco en Sefiplan? ¿es acaso necesaria su permanencia para aclarar cuentas?
¿Por qué la inauguración de obras a mil por hora sin terminar, las plastas de maquillaje con los números de la deuda y el apresuramiento de presuntos avances a cargo de periodistas a modo?
¿Por qué no le abrieron espacios en la administración gubernamental a la gente del Cuícaras y sí se fustiga el nepotismo que hizo gala?
Su gente está en refrigerador esperando turno.
Los mandamases del pasado hoy son fieles mozos de la nueva oleada de poderosos que acompañan a la gobernadora entrante.
Otros más ya se hicieron a un lado, dejaron de asistir a sus oficinas y ruegan a Dios sea primero de diciembre para poner tierra de por medio.
¿Por qué tan fracturado Morena y su francotirador Manuel Huerta quien muere por ser el candidato a gobernador del 2030 cuando faltan aún 6 años?
Es un hecho que a la administración saliente ya se le tomó distancia y el “bendito” de Cuitláhuac está que no le calienta ni el sol.
Sabe que ya saben de sus pillerías. Sabe que quedaron al descubierto sus paraísos fiscales y quien lo apoyaba y protegía ya se fue a “La Chingada”.
Este, ya ni yendo a bailar (salsa) a Chalma la libra.
Tiempo a tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo