Qué lástima, muchas personas que mienten todo el tiempo, se indignan ante cualquier verdad.
Alejandro Jodorowky
El discurso oficial nacional es que todo está muy bien y viene lo mejor; la nueva administración, acrítica, se solaza en la reconfortante continuidad y en festejos como el del cumpleaños del gran timonel. Con suficiente regocijo, canta las mañanitas como quien tiene la conciencia tranquila y sin pendientes, alejada de la ruindad y la inmoralidad de tantos eventos que suceden a su alrededor.
Como el cochinero del nombramiento en la CNDH en el Congreso, para el que se atrevió a proponer una persona ganadora que desecharon sin rubor, como a muchos otros candidatos, para imponer a la peor de las opciones posibles, enfrentándose además a su iniciativa de no reelección. No importa, ella sigue sonriendo frente a la desvergonzada y sucia imposición, sumando un día más y un hecho más a la larga lista de hechos criticables y cuestionables que los hacen iguales o peores a los “del pasado”.
Desde hace tiempo ha quedado claro que la prédica cuasi religiosa de bondades y conductas de integridad moral de los fieles del nuevo santo oficio, son palabrería hueca y sin sentido. A contramano, cada vez es más difícil ocultar sus desvaríos y descomposturas. Las muestras de cinismo desbordan cualquier supuesto compromiso con el lema de no mentir, no robar y no traicionar, trilogía que debería avergonzarles por incumplida.
Uno de los principales anclajes del ejercicio político y administrativo del oficialismo es, sin duda, la negación de la realidad, por más evidente que esta sea. Por ello no se esfuerzan en que su narrativa parezca real, que sus apuestas pseudoprogresistas y de compromiso con el “pueblo” sean creíbles o confrontables. No es necesario, porque la realidad será la que ellos digan. El control discursivo y otras muchas acciones de “política real” que despliegan todos los días, hacen palidecer lo que tanto cuestionaron de los gobiernos “Prianistas”, mostrando claramente los niveles de pragmatismo y cinismo al que han llegado, en parte porque son mayoritariamente prianistas los que ahora gobiernan.
De los muchos profundos problemas que padece nuestro país, las desapariciones son un dolor social que no es mirado con preocupación y empatía desde los gobiernos, prefiriendo voltear para otro lado, esconderse en divagaciones u otros compromisos que consideran prioritarios. Así es el santo y seña de una administración que continúa con el abandono de sus responsabilidades, que declina su obligación de cuando menos mostrar solidaridad y activar la búsqueda de las víctimas con acciones concretas para enfrentar con eficiencia este flagelo.
Del primero de octubre al 15 de noviembre de este 2024, 1,827 personas han sido desaparecidas según datos del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNL) “Del total, 66.5% de personas no localizadas son hombres, es decir, 1,215. Mientras que 33.3% son mujeres (610) y en dos casos no se pudo determinar el sexo… El rango de edad con más incidencia es de 15 a 19 años con un total de 346 jóvenes desaparecidos, de los cuales, 191 son mujeres y 155, hombres. Le siguieron aquellas personas entre 25 y 29 años con un total de 218: 170 hombres y 48 mujeres. Luego el de 30 a 34 años con 187: 149 hombres desaparecidos y 38 mujeres” *.
Las cifras nos ubican en una crisis evidente, pero el dolor de miles no es acompañado siquiera con palabras. Para ellos el desdén, pues lo que interesa son los asuntos que demuestren a todos que el segundo piso de la transformación va adelante. En su visión, ellos tienen la razón y la verdad, y ningún problemita cotidiano como puede ser el sufrimiento de los afectados por el crimen, son cosas que pueden esperar, porque el advenimiento de los nuevos tiempos, al final dará parabienes y el final feliz que ya empezó será la recompensa. Todo es cuestión de saber aguantar. Entretanto, entonemos las canciones para festejar al cumpleañero, que a no dudar está de plácemes.
DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA
Candil de la calle, oscuridad de su casa. De México sale y propone invertir en cuidar el medio ambiente. En su casa reduce en 40 % el presupuesto en ese renglón.