Serpientes y Escaleras
Será porque su fundador y ahora líder moral es de convicciones evangélicas y se compara a sí mismo con Jesucristo o será por el poder absoluto que hoy detentan, pero el caso es que, en la inscripción de candidatos a los puestos del nuevo Poder Judicial, los dirigentes de la 4T hicieron un auténtico «milagro».
De escasos nueve mil candidatos que se reportaban como «inscritos» el sábado 23 de noviembre a las 10 horas, en los tres Comités de Evaluación (seis mil 552 en el Legislativo, 993 en el Judicial y unos mil 500 en el Ejecutivo) de pronto en las últimas horas para que venciera el plazo legal para el registro de aspirantes, el domingo 24 la cifra mágica del total de inscritos alcanzó los 33 mil 898 candidatos registrados, con un total de 18 mil 447 por el Poder Ejecutivo, 11 mil 646 por el Legislativo y tres mil 805 por el Judicial.
¿Cómo fue que en el Poder Ejecutivo por ejemplo, lograron pasar de los mil candidatos registrados que reportaba el jueves 21 el exministro Arturo Zaldívar, quien llamaba casi desesperadamente a que los abogados y abogadas se registraran, a los 18 mil 447 registros en 72 horas? Porque incluso el domingo por la noche, de acuerdo con una nota del diario «La Jornada», el Poder Ejecutivo contabilizaba nueve mil abogados inscritos a las 23:59 horas, es decir un minuto antes de que se cerrara el registro y, de pronto, milagrosamente, en la conferencia mañanera, la presidenta Claudia Sheinbaum presentó una cifra duplicada de casi 18 mil 447 registros.
Algo igual de milagroso pasó en el Poder Legislativo, donde de los seis mil 552 registrados que había el sábado por la mañana, llegaron a los 10 mil aspirantes inscritos el domingo a las 23:59 horas según la nota del reportero Iván Eir Saldaña de «La Jornada», pero para el lunes en la conferencia presidencial la cifra pasó a los 11 mil 646 registros formales.
En el caso del Congreso el asunto de la multiplicación de las candidaturas se vuelve aún más místico, porque justo el sábado 23, a partir de las 10:00 de la mañana y pasadas las 4:00 de la tarde, el sitio digital para realizar el registro en la Cámara de Diputados aparecía caído y con la leyenda «Sitio en mantenimiento» y, para cuando volvió a estar en línea el micrositio, la cifra ya había aumentado considerablemente.
En donde el «milagro» fue menos visible y generoso fue en el Poder Judicial, que desde siempre fue el que mostró menos interés, quizás por tratarse justo del Poder que están desmantelando y destruyendo con esta reforma judicial. Ahí sólo lograron pasar de los 993 del sábado por la mañana, a las tres mil 805 inscripciones para el cierre del registro.
Ayer conversé en el noticiero «A la Una», que conduzco en el Heraldo Radio, con Vanessa Romero, abogada y analista de temas jurídicos e integrante del Comité del Poder Judicial y ante la pregunta de cómo explicaban el incremento tan notorio en las solicitudes y en el interés de la comunidad jurídica justo en el último día y las últimas horas del registro, su respuesta fue que «quizás tenga que ver con esta costumbre que tenemos los mexicanos de dejar todo para el último momento».
Y aunque la explicación puede sonar lógica en los usos y costumbres de los mexicanos cuando se trata de cumplir trámites o registros para los que hay un plazo fatal, la realidad es que se queda corta ante un incremento tan grande como el que lograron justamente los Comités de Evaluación del Poder Legislativo y del Poder Judicial que duplicaron y hasta triplicaron sus solicitudes en menos de 24 horas.
Por lo pronto, «haiga sido como haiga sido», ayer los dirigentes de la 4T calificaban como un «éxito» la inscripción de candidatos y celebraban, a tambor batiente, la cifra milagrosa de los 33 mil registros. «Vivimos una etapa estelar con la reforma al Poder Judicial. Se han inscrito más de 10 mil personas ante el Comité de Evaluación de Poder Legislativo; hay mucho talento entre quienes se convertirán, por mandato popular», festejaba el domingo por la noche el líder de la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal.
Y la presidenta Sheinbaum en su mañanera no ocultaba su satisfacción por el «milagro»: «Fue todo un éxito, algo inédito, histórico, la inscripción de personas para la elección del Poder Judicial y quiero que el doctor Zaldívar les pueda platicar cuántas personas se inscribieron, en qué se inscribieron y cómo va a seguir el proceso de selección para poder tener el próximo 1 de junio, la primera elección, la democracia en el Poder Judicial».
Y apareció entonces Zaldívar, el mismo que el pasado jueves se oía desesperado porque apenas tenían mil aspirantes registrados y, ahora, extasiado también porque su llamado resultó poderoso, proclamaba el milagro: «El desglose de las personas que se inscribieron 18 mil 447, seis mil 101 mujeres, 10 mil 862 hombres, 105 personas no binarias y tenemos en la mayoría de los cargos, en los más importantes, un gran número de personas, que exceden lo que requeriríamos».
Así que, como Jesús, en aquel pasaje bíblico narrado por San Juan y San Mateo, que al ver a la multitud que se había reunido en Betsaida, Galilea, para escuchar su sermón, no dudó en bendecir los panes y los peces, ante el apuro de sus apóstoles porque no tenían suficiente comida para todos. Y de sólo cinco panes y dos peces, de pronto por la bendición del nazareno, hubo cientos de panes y cientos de peces para que todos sus seguidores comieran hasta llenarse.
También así, con ese misticismo que rodea al repentino e inexplicable crecimiento de las inscripciones de candidatos, hoy la 4T pasó de tronarse los dedos y llamar desesperadamente a que los abogados y abogadas se inscribieran, a festejar contentos como los apóstoles el milagro de la multiplicación de los candidatos a su nuevo (y casi santificado por obra y gracia del discurso presidencial) Poder Judicial… Los dados mandan Escalera. Buena señal para la semana.