Sin tacto
Por Sergio González Levet
Cuando escuchamos a Héctor Yunes Landa en las comparecencias de los funcionarios de Cuitláhuac García, cuya salida es inminente -no “eminente”, como bufaba el Carón caballero del buen decir-, no nos queda más que afirmar que ha puesto el dedo en la llaga sobre las peores acciones del peor gobierno en la historia de Veracruz.
Como un paladín que recuerda a su tocayo, el hijo del rey Príamo que encabezaba a los troyanos en las batallas contra los aqueos, Héctor sube a la tribuna y entre sus adversarios morenistas y verdes y petistas se palpa el temor, el miedo, el terror ante los certeros dardos que además de dar en el blanco exacto revelan las ridiculeces de los coequiperos de Cuic en estos seis años en que depredaron el patrimonio y el prestigio de nuestra tierra.
Presas del pánico, los cuitlahuistas pretendieron sin ningún éxito acallarlo con malas maneras y solamente lograron poner en evidencia su estolidez (por no decir una palabra altisonante). Cuauhtémoc Zúñiga, el Secretario de Seguridad, fue el más notorio, cuando llevó a unos porros a que le gritaran cosas al choleño durante su comparecencia para que no interviniera. Como era de esperarse, el tiro le salió por la culata al policía (¿japonés?) y terminó haciendo el ridículo, además de que cometió el pecado de que uno de sus alborotadores atacó a una diligente reportera, que sigue esperando se haga justicia.
Héctor Yunes es un tribuno impresionante por su larga experiencia parlamentaria y su talento natural para la confrontación y las revelaciones contra los empleados banales y corruptos. En su carrera profesional ha estado muchos años en la Legislatura estatal, y en las dos cámaras del Congreso de la Unión, así que sabe mover a la marquesa como un dotado abanico (¿o viceversa?).
Pero además tiene la capacidad de allegarse información fidedigna y de primera mano sobre las trapacerías que se han cometido en este sexenio. Cada que revela un dato o evidencia alguna corruptela, las corvas de los funcionaretes cuitlistas se doblan por el pavor y por la falta de argumentos.
Ahora el respetable está esperando la comparecencia última de Cuitláhuac García en la Legislatura para ver el grandioso espectáculo del gladiador Héctor mostrando y arrastrando los despojos miserables de un gobierno que por fin se va a acabar, antes de que acabara con Veracruz todo, que caso lo logra.
Dicen que hasta ha empezado una especie de reventa de invitaciones, porque son muchos los veracruzanos que quieren asistir al canto del cisne de quien fue el hazmerreír de toda la nación, y por poco nos lleva entre las patas.
Ahí nos vemos el viernes 29 de noviembre. Va a estar buenísimo.