Línea Política
Agustín Contreras Stein
HASTA AYER, no se sabía exactamente si la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ya había sido invitada a la ceremonia de toma de posesión del presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump. Si no hay tal deferencia política, entonces estamos ante un mal síntoma de las futuras relaciones bilaterales con aquel país y su nuevo gobierno.
Quiérase o no, es preocupante para el pueblo de México que, siendo vecinos de mucha importancia política y comercial, no se tome en cuenta para estos efectos al gobierno de México.
Si las cosas van como van, es una señal de la seriedad de las amenazas del futuro gobernante norteamericano, en contra del gobierno mexicano, aunque, en este caso sería prudente mencionar que cualquier desaire de Estados Unidos, puede tener cuestiones de índole personal y no precisamente contra el gobierno, sino más bien, con la propia presidenta y quien, supuestamente, está detrás de ella.
Gobernar un país como México, no es fácil, porque se tiene que entender que las relaciones bilaterales han sido siempre en buenos términos, no tan solo con Estados Unidos, sino también con el resto de las naciones del mundo. Sin embargo, la inclinación de la presidenta de México, por aliarse con países que han sido seriamente criticados por el establecimiento de un gobierno dictatorial.
De ahí que ni para defender a la presidenta de México, porque muestras ha dado de que no le importa lo que diga Estados Unidos, ni la comunidad internacional, sino lo que le dicta su antecesor desde las profundidades de un supuesto silencio político.
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EL TIEMPO QUE LE QUEDE LIBRE
CLAUDIA SHEINBAUM, es una mujer inteligente, no por nada, supo escalas las alturas del poder político. Por ello sorprende que siga actuando como si su cuerpo lo estuviera ocupando otro ser extraño a su propia conciencia. Muchos analistas políticos han hablado de una posible estrategia de la presidenta, con la finalidad de dar cumplimiento a los compromisos contraídos con el ex presidente y después deshacerse definitivamente de dicha sombra política, lo que le llevaría, aproximadamente, tres años. El tiempo que le quede libre podría dedicarlo por completo a realizar su propio gobierno, con su sello personal y ocupar, asimismo, un lugar en la historia política de México. De lo contrario, su gobierno no estará, para nada, en las páginas que guardan las acciones de cada gobierno.
Por lo pronto, tiene que enfrentar el reto de mantenerse vigente hasta que sea posible esta separación política, porque hasta ahora nada ha logrado hacer que sea un distintivo de su propia administración.
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HÉCTOR YUNES, EN LA LUCHA POLÍTICA
HACE TIEMPO, aquí mismo, en este espacio, referíamos el enorme compromiso que tiene el diputado local Héctor Yunes Landa, para defender los intereses políticos de la población de esta entidad, como único representante partidista de una organización política que fue importante por haber aglutinado a las mayorías, sin pensar que un día tendría que ser oposición con un solo legislador en una legislatura local.
Yunes Landa, es un hombre de carácter fuerte para vencer el reto político que ahora tiene y se demostró claramente al insistir en poner a la consideración de la legislatura de Veracruz, la posibilidad de que el gobierno federal eche marcha atrás en el nombramiento del ex gobernador del Estado, Cuitláhuac García Jiménez, como titular del Centro Nacional de Gas Natural, donde la presidenta Claudia Sheinbaum, cumplió uno de los mandatos de la sombra política de su antecesor. Héctor, ha sido claro al señalar que no es posible que una persona que no tiene la capacidad suficiente se haga cargo de una posición estratégica para el país, aunque ésta sea veracruzana.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.