Cuando el PRI ejercitaba electoralmente su hegemonía aprovechaba para postular a cargos de elección popular de entre su militancia a quienes por su trayectoria habían adquirido experiencia política y administrativa, no necesariamente a los más populares condición que según se observa privilegia MORENA al escoger por la vía de las encuestas sus candidaturas, al menos en apariencia porque esas “consultas” de opinión en no pocas ocasiones han sido cuestionadas por ser calificadas de fachadas para decidir candidaturas previamente acordadas a la manera del ”tapado” priista. Sin embargo, la fortaleza electoral de MORENA, su condición de partido en el gobierno en el orden federal y en 24 de las entidades federativas lo habilitan para introducir en la administración pública federal, estatal y municipal a elementos capacitados para la función pública y para la implementación de los programas de gobierno, lamentablemente no lo hizo así durante el periodo de AMLO al privilegiar exigencias ideológicas en menoscabo de la experiencia en el servicio público, 10% de capacidad y 90% de lealtad fue su lema base para el reclutamiento del recurso humano para el sector público. Esa ecuación ni conviene ni ayuda al buen ejercicio de la función pública porque inevitablemente concluye en gestión gubernamental deficiente.
La Constitución General de la república establece en su artículo 41 que “los partidos políticos son entidades de interés público… tienen como fin promover la participación del pueblo en la vida democrática, fomentar el principio de paridad de género, contribuir a la integración de los órganos de representación política, y como organizaciones ciudadanas, hacer posible su acceso al ejercicio del poder público …”. O sea, los partidos políticos llevan inherente a su existencia la responsabilidad de hacer posible que la ciudadanía acceda al “ejercicio del poder público”, de allí el importante roll de los partidos políticos en el desarrollo político del país, entre otras, superar la calidad del servicio público privilegiando candidaturas más que populares o emanadas de encuestas de muy cuestionable crédito, cimentadas en la experiencia y capacidad para la gestión pública. Personajes populares y famosos han servido a los partidos políticos para allegarse votos y conservar el registro, el Verde, MC y el PT requieren de esa práctica, debemos agregar ahora al PRI porque su decadencia lo exige, pero MORENA esta en pleno apogeo, cuenta con estructura y con la ventaja de ser gobierno, puede entonces prescindir de esos “ganchos” electoreros para presentar las opciones mejor calificadas. De otra manera permaneceremos estancados en la mediocridad de actores políticos como los que durante los seis años pasados ya padecimos.