Sociedad 3.0
A 30 años del rescate bancario impulsado durante el gobierno de Ernesto Zedillo, el costo para las finanzas públicas continúa. Sólo en 2025, el gobierno federal contratará deuda por 254 mil 400 millones de pesos para cubrir intereses y capital relacionados con los pasivos del Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB), antes Fobaproa.
Durante el primer trimestre del año, el IPAB pagó más de 107 mil millones de pesos, de los cuales más de 80 mil millones correspondieron a capital y cerca de 27 mil millones a intereses, conocidos como el costo financiero de la deuda. Esta estrategia de refinanciamiento consiste en emitir nueva deuda para cubrir los vencimientos antiguos, mecanismo que se ha mantenido vigente desde finales del siglo pasado.
Aunque desde 2022 pequeños ahorradores pueden invertir en bonos del IPAB a través de Cetes Directo, la mayoría de los rendimientos siguen en manos de bancos e inversionistas institucionales. Paradójicamente, muchos de estos bancos son los mismos que fueron rescatados hace décadas, aunque hoy sus propietarios son en su mayoría extranjeros.
Según el IPAB, los pasivos que vencen este año suman 239 mil 163 millones de pesos, pero el organismo planea emitir 254 mil 400 millones, lo que representa una emisión neta de más de 15 mil millones. Se estima que el pago total de intereses desde 1995 asciende ya a más de 2 billones de pesos —a precios actualizados—, mientras aún queda pendiente el pago de más de un billón.
El organismo reporta que, a diferencia de 1999 cuando la deuda estaba concentrada en créditos con instituciones bancarias, hoy el 100% de sus pasivos están representados por bonos emitidos directamente en los mercados financieros.
La estrategia oficial continuará siendo la misma: refinanciar para posponer el pago definitivo, trasladando la carga fiscal a futuras generaciones.