Durante su presidencia, López Obrador presumía encuestas, seguramente “patito”, que señalaban al pueblo mexicano como uno de los más felices del planeta. Ante semejante barbaridad los mexicanos la supusimos una mala broma, aunque en los hechos se trataba de una más de las incontables falsedades escuchadas en las mañaneras palaciegas. Porque, semejante al aforismo que postula que “sin maíz no hay país”, prevalece en la conciencia humana el de “sin salud no hay felicidad”, ya que cuando la enfermedad predomina la búsqueda de la salud se impone sobre cualquiera otra prioridad. Ese sombrío escenario se complica cuando los servicios de salud proporcionados por el Estado son extremadamente deficientes y no alcanzan a satisfacer la demanda de los económicamente más vulnerable, o sea, quienes no tienen acceso a los servicios del IMSS o del ISSTE, las instituciones que el Estado mexicano creó para atender servicios de salud a la población afiliada. Sin embargo, la población no asegurada es más numerosa, ese grueso poblacional tiene que acudir a lo que ahora se llama IMSS-Bienestar, la entidad pública que en Veracruz se forma con los hospitales de la otrora secretaría de salud y que, para acabarla, jefatura Roberto Ramos Alor, el paladín que “luchó” contra la “medicina neoliberal” (nadie supo a qué se refería) y ´tuvo lamentable desempeño como secretario de salud en el gobierno de Cuitláhuac García.
Durante los últimos meses de la fallida gestión pública de Cuitláhuac García en Veracruz en este espacio reconocimos que en el Centro de Cancerología de Xalapa se hacían adecuaciones para dar cabida a tres aceleradores lineales, a parte del que ya está en funciones. Ese nosocomio recibió la visita del presidente López Obrador y de la entonces candidata presidencial de MORENA, así de importante se suponía el avance tecnológico en el CECAN. Porque un acelerador lineal eficientiza sustancialmente el tratamiento contra el cáncer, y el funcionamiento simultáneo de tres de ellos implicaría un abasto suficiente para atender a la población enferma de cáncer de varios estados del sur y sureste de este país. Lo celebramos con insistencia, pero en ese orden es la medida de nuestra frustración al advertir nulas señales de para cuando entrarán en funcionamiento los referidos aparatos. Obviamente no es cosa fácil, se requiere de contratar oncólogos, personal capacitado para operar dichos aparatos, paramédicos, etc., lo cual se dificulta debido al drástico decremento presupuestal asignado al sector salud veracruzano para este año, pues si en 2024 el presupuesto para salud fue de 9 mil 275.9 millones de pesos, para este año disminuyó a 5 mil 620 millones de pesos, una mengua real del 41.9 por ciento. Pero ya nada para el asombro después de haber escuchado a AMLO en el zócalo de la CDMX el 1 de septiembre de 2024: “Ya es una realidad que en 23 estados el sistema de salud universal y gratuito para personas sin seguridad social, conocido como IMSS-Bienestar. Este sistema de salud pública ya es más eficaz en el mundo. Dije que iba a ser el mejor, que iba a ser como en Dinamarca. No, no es como en Dinamarca, es mejor que en Dinamarca”. Pero, dice la canción, “miénteme más si me hace tu maldad feliz”.