¿Qué nombre se le puede dar a un funcionario de la Secretaría de Hacienda que afirma cínico que los mexicanos tienen ahorros suficientes para aguantar una recesión?
Póngale el que quiera. Yo me quedo con el de HDP superlativo.
46.8 millones de mexicanos viven en pobreza.
A enero de este año, la deuda pública de México era de 18.13 millones de millones de pesos, de los cuáles, por cierto, poco menos de 4 millones de millones los contrajo el que juró que no nos endeudaría ni un peso más. Nunca habíamos pagado la brutalidad de intereses que le damos a los bancos, deuda para pagar deuda: miles de millones de pesos cada semana.
32.8 millones de mexicanos viven en la economía informal: no pagan impuestos, no tienen protección social, muchos de ellos en la agricultura de auto subsistencia. Oficialmente, sólo 2.6% de los mexicanos están desempleados, pero esa cifra es ridícula, considerando a los que subsisten en la economía «negra».
Casi cinco millones de mexicanos no saben leer ni escribir. Y eso sin contar con la terrible realidad del analfabetismo funcional, problema generalizado: muchos muchos millones que no gustan de leer y peor, muchos millones de adultos y jóvenes que son absolutamente incapaces de entender lo que leen.
Empresas que se van, haciéndole el juego a Trump.
Empresas que se niegan a venir por la inseguridad jurídica, la destrucción de la República y el secuestro del poder público por individuos despreciables como los que usan el Senado a placer y dicen que se vaya al carajo el T-MEC.
Pero estamos requetebién, listos para la recesión.
De Veracruz no hablemos, si el dato es cierto, ya valimos: tres años continuos con reducción del PIB.