Hace ya algunas semanas comenzó la promoción de quienes aspiran a desempeñarse como jueces, magistrados y ministros al interior de un Poder Judicial que el Movimiento cuatroteista decidió demoler en su estructura original para convertirlo en una instancia de justicia cuya integración queda a la consideración de la voluntad ciudadana, de democrática se le ha calificado solo porque interviene el voto ciudadano, aunque a la usanza de los viejos tiempos porque en el escrutinio no interviene institución que garantice equidad y confianza. ¿Cómo pudiera ser confiable un resultado electoral cuando las boletas sobrantes no serán anuladas y en realidad nada se sabe sobre la instancia encargada del escrutinio de votos? Porque, bueno es adelantarlo, un gran sector de la población está ayuno del procedimiento para elegir a los nuevos componentes del Poder Judicial, pese a la intensa movilidad de los interesados. Sin embargo, la nueva modalidad en el Poder Judicial ya alcanzó rango constitucional y es deber ciudadano acatarlo aun sin estar de acuerdo, porque así es la democracia, es la dictadura del número, y fueron más quienes votaron a favor de esa reforma, lo cual no necesariamente implica que pueda ser lo mejor para nuestro sistema de impartición de justicia.
Sin embargo, la ciudadanía mexicana, estemos de acuerdo o no con la citada reforma, debemos reconocer el esfuerzo de quienes se postulan para un cargo en la judicatura, estatal o de índole federal, porque son perfiles con conocimientos de elevada especialidad profesional, quienes por obra y efectos de ese mandato constitucional están obligados a comparecer ante la ciudadanía en busca de su respaldo electoral, en vez de presentarse, como antaño, ante sinodales que escrutasen sus aptitudes para un buen desempeño en bien de la justicia mexicana. En ese duro trasiego hemos escuchado a Ana Volga Moreno Escalante, quien aspira ser magistrada de Circuito y aparece en la boleta rosa con el numero 10; a Marco Antonio Virgen, Erika García Pérez, Rodrigo Galán, Iván Carlos Aguilar Alegre, con el numero 50 para Magistrado en materia Penal y Rosa María Hernández Mora, Lutgarda Hernández; María Antonieta Rodríguez García todos aspiran a ser magistrados. Mientras que Gabriela Ordorica Ávila, Abraham García Domínguez, Manuel Berman, Ariadna Aburto Sánchez, Yuriria Soraya López, Juan Herrera Corza, Jovana Vargas y Santiago Fermín aparecen en la boleta compitiendo para jueces. Sin excepción, todos han sido excelente expositores de la materia en que se especializan y aspiran a concretar con buen desempeño si el voto ciudadano los favorece. Hay excelente materia prima, aunque también de deshecho como la inefable Lenia Batres, para configurar un Poder Judicial a la altura de las circunstancias, el problema radica en saber cómo votar.