La política es ámbito universal, en ella la participación ciudadana está abierta y los requisitos para incursionar residen en contar con derechos ciudadanos a salvo; es decir, allí pulula gente de todas las capas sociales y convicciones diversas, con dinámicas dentro o fuera de algún partido político. Con ese breve antecedente pudiéramos concluir que la política está nutrida con gente proveniente del mismo caldo de cultivo, luego entonces la llamada clase política es un reflejo social. Por su ubicación en el tablero político ayer se destacó en tono crítico el dicho del gobernador Cuitláhuac García sobre la pandemia: “Nosotros no tenemos ningún aeropuerto que reciba pasaje de Inglaterra, entonces no tendríamos por qué tener esa preocupación”, para referirse a la nueva cepa de Covid-19. Sin demérito de la exigencia porque nuestra clase dirigente demuestre aptitud, capacidad, sensibilidad y emoción social etc., para el desempeño de un cargo público el gobernador está allí por el voto ciudadano y, de acuerdo o no con su conducción en el cargo, corresponde a la sociedad tomar conciencia del enorme significado de su voto.