En su firme creencia de una reforma administrativa impulsada por el ahorro y la austeridad, el presidente López Obrador ha tomado la drástica decisión de desaparecer o reformar órganos autónomos, ya por ejecución inmediata, ya por reformas legales; para esos efectos ha echado el ojo sobre 200 organismos autónomos cuyo presupuesto en conjunto, dice, suma 500 mil millones de pesos. Si logra “absorber” el 10 por ciento generará un ahorro de 50 mil millones “porque debemos apoyar a la gente pobre y necesitada. Vamos ahorrar”. Ese indiscriminado adelgazamiento de la estructura administrativa del gobierno, basado en criterios de ahorro y austeridad mal entendidos acarrearía serias consecuencias al buen funcionamiento del gobierno. Se pudiera estar de acuerdo o no con esa disposición del presidente, pero ya hay síntomas graves expresados destacadamente en el Sector Salud, en donde la austeridad y el ahorro han provocado un acentuado desabasto de medicinas, equipos médicos sin reparar, cirugías y atención médica desfasadas, con el consiguiente costo de vidas humanas. Para comprobarlo, basta una visita a los corredores de cualquier hospital civil de Veracruz o al CECAN de Xalapa, cuyos pasillos son auxiliares efectivos para el virulento coronavirus.